Treinta y cinco

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Kim Seok Jin

Su pecho latía de forma acelerada, las gotas de sudor frío se deslizaban por su piel.

Había caminado fuera de la cama hasta llegar a la gran ventana... la neblina estaba presente y casi hacía difícil ver los edificios de en frente, sin embargo Jin sabía porque aquella vista le causaba tanto mal estar.

Era extraño y dolía. Aquellas pesadillas se habían presentado casi como un mal augurio y de la peor manera.

Justo cuando más seguro se sentía.

Había extendido su mano hacia la ventana mientras tocaba aquel vidrio empañado.

Había estado tan centrado en aquello que se perdió en el tiempo, fue ahí cuando sintió como la calidez regresaba a su cuerpo, había sido envuelto en un cálido abrazo. En los únicos brazos que le habían dado tranquilidad y sueño.

-Tiemblas de frío- repelió aquella voz dulce voz, había sentido el roce de la sabana que cubría aquel cuerpo femenino, ni siquiera había notado aquel estado de su cuerpo pero ahora estaba agradecido por tenerla -¿Todo está bien?- cuestiono la suave voz de ella, mientras se aferraba en un abrazo.

Por inercia la idea de decirle que todo estaba bien llegó a Jin.

Sentía como si todo fuera en cámara lenta, ella era todo para él.

Era su cielo y ahora pensar que podría perderla le asustaba.

Quizá dependía de cuanto ella lo amara, pero aún así pensar de esa manera era injusto.

Durante tanto tiempo sintió que no era digno de ser amado y que ahora ella lo amara de esa forma le hacía dudar.

-Hay cosas que hice- replicó Jin, era la primera vez que hablaba sobre aquello con alguien que no lo supiera o más bien que no tuviera la soga tan ajustado al cuello como él.

Y eso hizo que se sintiera débil y vulnerable.

-Cosas malas... todo fue mi culpa Rose- replicó casi entre lágrimas, había girado su cuerpo hacia ella.

Rose estaba igual de desnuda que él, sin embargo en lo único que este se pudo concentrar fue en la expresión de duda.

-Nada hará que me aparte de ti- había dicho esta mientras besaba sus mejillas.

Y eso bastó para darle todo el valor que le faltaba, tenía que decirle, tenía que hacerlo, si quería seguir con ella. Y ella lo perdonaría y lo amaría y nada ni nadie los separaría.

Pero el tiempo no se puede cambiar.

Quizá aquel día todo pudo haber cambiado, pero Jin no se había sentido lo suficientemente fuerte, había dudado.

Rose lo amaba y él la amaba a ella, pero había cometido aquel error. Se había guardado la única verdad que le debía.

Y ahora años después aquel pasado volvía para atormentarlo y tomar venganza.

Quizá amaba demasiado, se había dicho así mismo sin embargo incluso ahora seguía pensado lo mismo. Había tomado una decisión y tenía que vivir con ella.

Después de haber salido de aquel restaurante se había sentido asqueado y horroriza, y sintió lástima por Joohyun, al final no creí en aquella idea donde decían que los hijos elegían a sus padres.

Había estado toda la noche dando vueltas en su cama.

Casi era de madrugada cuando decidió cometer una vez más un acto egoísta.

Llamo a Rose, quizá no respondería pero no la culparía, al final de todo esta había sido lo suficientemente astuta como para intentar adaptarse.

-Hola- replicó ella al otro lado casi en un susurro.

-Siento llamarte a estas horas... pero realmente quería hablar contigo- no era la primera vez que el decía algo como aquello sin embargo Rose había notado la diferencia en su voz.

-¿Todo está bien?- cuestionó ella, pues a pesar de que ahora estaban distanciados Rose sabía cuando Jin no están bien.

¿Por que aquella pregunta lo acosaba tanto?

No, no estaba bien, no había estado bien desde hace mucho tiempo.

-¿Quieres que vaya a verte?- cuestionó ella pues casi sentía la voz de Jin de manera entrecortada. Y Rose entendía aquel sentimiento y jamás se lo desearía a alguien más ni a su propio enemigo.

-Mandaré un auto mañana a tu casa...

-No ¿podríamos vernos ahora?- ni siquiera tenia que pensar mucho, sabía la repuesta que le daría, claro que la quería ver.

-Si- concluyó este sintiendo como su corazón se emocionaba.

-Entonces estaré ahí pronto, Amor- replicó Rose antes de cerrar la llamada.

Y aquello se sentía suficiente, que ella lo llamara de tal manera solo le daba esperanzas.

Incluso luego de lo que la madre de Joohyun le había dicho, incluso sabiendo que aún habían cosas que guardaba en su corazón, cosas que aún podían acabar por terminar el amor de Rose hacia él, esperaba aún poder estar a su lado.

FORBIDEN |+18|KSJ|JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora