LIII

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"Mesonoxian"

"Que pertenece a la

Medianoche"

La noche se hacía eterna en aquel ambiente de amor y felicidad. La luna brillaba despotricando su luz a través de los cristales del invernadero sin piedad, alumbrando los rostros de aquellas joviales personas de elegantes y ostentosas vestimentas, brillos, lentejuelas, adornos plateados y mucha oscuridad, haciendo sus edades notorias por el modo en el que se veían.

Viorica divisaba a través del salón una dama con collar isabelino, un sujeto con galera, enormes miriñaques y lujosos mocasines, además del plumaje en el tocado de una mujer de mediados de la década de los 20 que le cegaba la visible. Básicamente el charlestón le estaba evitando poder apreciar el momento culmine de la ceremonia, el traspase de reliquias. Una tradición en la que Velkan había estado pensado los últimos días.

Una fina caja de cristal tallado y adornado con apliques en metal plateado los esperaba en la cima del altar con rosas blancas y listones de seda y encaje.

Las columnas de mármol se elevaban hasta la cúpula de cristal, rodeadas de enredaderas y estatuas sagradas de viejos privilegiados. El estandarte de los líderes se encontraba flameando en cada esquina, en cada lugar en el que uno ponía la vista aquella tela blanca ondeaba con la brisa haciendo destellas su símbolo platinado.

La pareja, luego de subir uno por cada lado de las serpenteantes escaleras, se enfrentaron a los invitados con resplandecientes sonrisas.

- Hoy te doy mi mano,- Velkan se acercó al joyero de frágil vidrio.- mi vida. - Abrió la tapa tomando la mano de la platinada.

La joven lo observó con aquellos angelicales ojos rosados, dándole ánimo. Habían cambiado las reglas del juego y ahora debían atenerse a las consecuencias.- Te entrego mi apellido con orgullo y honra,- Sujetó la reliquia de la joven, aquel collar que Cosmin le ayudo a modificar.- misma honra y orgullo con la que yo llevare el tuyo.- Una susurrante exclamación se escuchó entre el público al momento en el que se posiciono tras ella para colocarle la gargantilla.- Porque a partir de hoy te otorgo llevar mi apellido, - La muchacha se sorprendió al ver que la gema escarlata que representaba a los Petrov aún se encontraba allí, enmarcando su cuello a pesar de que una esmeralda debía estar en su lugar. Sin embargo la verdadera sorpresa llego cuando, al intentar tomarla para asegurarse que sus ojos no la estuvieran engañando, la sombra producto de su mano obligó a la gema tornarse verde. Doira sabía que su prometido también portaría su apellido, pero que cambiara su reliquia para que mostrara ambos colores representativos de sus clanes, esos si le resultó un hermoso detalle.- al igual que tú me entregas en tuyo.- La tomó del mentón enseñándole su reliquia, aquel vistoso anillo que parecían ramas entrelazándose en su índice haciendo su mayor esfuerzo por soportar en pie aquella reluciente gema. La piedra en aquel anillo había sufrido las mismas transformaciones que la de ella, salvo que a la luz se veía verde y a la sombra se tornaba de una tonalidad carmín.

Cerraron la alianza con un ferviente beso, uno que por su grado de pasión casi le causa una leve lesión a ambos. El inconveniente estuvo arraigado al vestido, enorme y pesado, y el intento de Velkan por convertir aquel en un encuentro de película donde el muchacho inclina a la dama para besar apasionadamente sus labios. Los la falda ostentosa y armada sobre un sólido miriñaque que no cedía a sus movimientos, el tul que se enroscaba entre sus manos y la tela sedosa que se le escapaba de las manos, ambos acabaron en el suelo unidos entre carcajadas y besos, convirtiendo aquel en un encuentro digno de una obra maestra.

Descendieron las escaleras ya como una pareja, de la mano, recibidos por el cálido aplauso de familiares y amigos que celebraban su amor, su unión. Anouk los esperaba al pie de las escales, cubierta en lágrimas, otorgándoles una vela del tamaño de un plato, adornada con la fauna que otorgaba la zona. Recibiéndola con una sutil reverencia, se abrieron paso por entre la multitud llevando aquella última ofrenda, aquella vela clara con sumo cuidado, seguido por los invitados.

Metamorfosis © - El resurgir de las tinieblas (PRIMER BORRADOR) | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora