LXXXI

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"Litō"

"Hacer un sacrificio para obtener

Augurios favorables"

Un sinfín de estrellas se mostraba resplandeciente en el reflejo de aquella mirada grisácea que albergaba un sinfín de secretos, pero también desconocía un centenar más, como las pesadillas o pecados de quienes amaba y deseaba desentrañar. Brillosos destellos iluminaban aquel gris intenso que había perdido parte de su magia el día que le arrebataron mitad de su gracia, dejando al gemelo Roma completamente angustiado.

Había sido inconsciente el movimiento de Remo, el joven Sabueso que se encontraba recostado sobre el húmedo césped observando el cielo mieras intentaba acallar sus nervios con el sonido de las cristalinas aguas donde perlados peces nadaban a través de flores silvestres. Sin embargo, allí estaba, rosando con la yema de sus dedos los trazos en su rostro que le generaban pesar, cometiendo aquel acto que repetía demasiadas veces en el día como para ser contadas y con cada tacto lo sumía más a aquel sentimiento de inmundicia, de desconocimiento. Cada vez que cometía el error de llevar las manos a su cara, lo hacía con el desea de que las marcas ya no estuvieran ahí, que los recuerdos de aquella noche en la central energética se perdieran y que las imágenes se perdieran.

<Grotesco> Era en lo único que podía pensar en aquellos momentos en donde, limpiando las lágrimas que se escabullían debajo de su parche, trazaba las cicatrices que jamás se marcharían y cada vez colmaban de aun más imágenes espeluznantes su mente, obligándolo a repudiar su cuerpo cuando los nostálgicos sentimientos del desalmado que lo atacó emergían en él, llenándolo de dolor, de repulsión a sí mismo.

- cosa facciamo? – Bajo el amarillento resplandor de la luna que bañaba su cuerpo de luz, iluminando su tez con un brillo dorado que acentuaba el brillo casi platinado de su mirada, el gemelo volteó la cabeza en torno a su hermano en busca de respuesta, un indicio que le advirtiera porque lo había arrastrado a aquel asqueroso lugar.

Rómulo permaneció con la mirada fijo en los ventanales, aun arreglando su cabello, prendiendo y desprendiendo las hebillas en él.- Es un lugar estratégico para vigilar el perímetro.- Exclamó burlón.

Sin sentir ánimos de continuar el juego de su hermano, Remo volvió la mirada al cielo nocturno. ¿Cuándo había ocurrido? ¿Cuándo había roto la promesa con su hermano de jamás crecer, nunca madurar? – Los aspersores estaban encendidos y estamos metidos entre los arbustos.- Se quejó, notando que desde joven siempre había visto su eternidad como el último eslabón de su vida, pero ahora comprendía que se trata de un sueño que repentinamente puede acabar.- Incluso creo que tengo lodo en sitios donde no debería haber.- No quería vivir en un mundo sin Rómulo y tampoco quería morir sabiendo que su hermano estaría solo, tal vez aquel repentino pensamiento era el que lo estaba volviendo serio.

- ¡Oh, vamos! – El ímpetu con el que su hermano se lanzó sobre él, tendiéndose en el césped a su lado, resultó estar cargado de tal alegría que logró contagiarlo, iluminar su rostro ensombrecido con una sonrisa.- Remo, ¿Hace cuanto no nos divertimos juntos?- Rio extrayendo un papel de su bolsillo, la lista que compartía con su hermano para ver quien conseguía más aciertos amorosos para el final del año, mientras se arrastraba entre los arbustos para ocultarse en ellos.- ¿No vez a la chica de allí?- Remo, siguiendo los pasos de su hermano, sacó la cabeza entre la maleza para elevar la vista hacia la ventana en donde una joven meneaba su abanico con violencia.- Podríamos...

- No entraré al castillo.- Rápidamente, su sonrisa se vio apagada y su voz severa. Esta vez su postura parecía ser rotunda.- Sabes perfectamente a quien vamos a encontrarnos allí dentro.- Al igual que él, el rostro de su hermano pareció apagarse, entristecerse.- Ve tú.- Susurró gentil, intentando calmar la situación.

Metamorfosis © - El resurgir de las tinieblas (PRIMER BORRADOR) | ✓Where stories live. Discover now