Metamorfosis © - El resurgir de las tinieblas (PRIMER BORRADOR) | ✓

XLIX

"Diabrotic"

"Corrosivo"

A la mitad de la noche, aquellas dos personas disfrazadas de negro, se juntaron en ese recóndito lugar, donde nadie podía verlos u oírlos en el silencio de la noche.

- ¿Planeas hacer algo durgrante la boda?- El Wucht con su atuendo de Sabueso, encapuchado con aquella extraña prenda que cubría no solo su cabeza, sino también su rostro, conectándose a aquella rígida mascarilla de cuero, pliegues, cintas y tachas picudas color cobrizas, pregunto con aquel marcado acento francés. El hecho de que solo pudieran verse sus ojos anaranjados, rodeado de cortaduras y cicatrices ya blancas por los años, enmarcados con aquel par de cejas finas y arqueadas, lo hacían ver huraño, frio y desalmado.

- Net,- Negó sombríamente observando el basto lago reflejado por el rayo platinado de la luna con los brazos entrelazándose tras su espalda, acentuando aún más su recta postura.- ya te he dicho que no planeo hacer nada durrante la boda.- Clavó su mirada en la del Sabueso. Eran tan diferentes y tan similares al mismo tiempo. Él alto y delgado, dotado de elegancia, porte y sobriedad con aquellas prendas finas; el otro con su atuendo de cuero, acuclillado sobre el barandal cual mono equilibrista, bruto, tosco, aunque con cierta sutileza en sus movimientos.

- ¿Y después? – Sus ambarinos ojos chocaron contra sus perlas avellana.- Yo podjía ayudajte, crgreo que logre ganajme su confianza.- Compartían las heridas, el pasado, el amor prohibido y el mismo destino pactado entre ambos hacia un tiempo.- Es una pejsona complicada

El muchacho de oscuro cabello azabache rio resplandeciente.- Si, lo es.- Pensó un momento en la tentadora propuesta de su cómplice.- Aun no he pensado en lo que harre.

- Cuando lo descubrgras avísame.- Se dieron un fuerte apretón de mano.- Te estajé infojmando que es lo que sucede de mi lado.- Esas fueron las únicas palabras que se cruzaron aquellas sombras que, a pesar de conocerse, actuaban como desconocidos.

El Sabueso se lanzó desde aquel balcón con detallados barandales de mármol, empapados de lujo y apliques platinados, para finalmente caer con majestuosidad sobre el pasto húmedo por el roció otoñal y así adentrarse al bosque que, a pesar de estar a mitad de julio, aun se mantenía teñido de plata y jade. Nada comparado con los mustios pinos de Edelweiss, amarillos u ocre que difuminaban el paisaje con su aura dorada y cálida.

Bertrand se escabulló dentro de la residencia Petrov por el invernadero de igual manera que una víbora escurridiza.- ¿Investigando solo y tan tarde?- La voz de la Sahira alertó al Sabueso que depositaba aquel deteriorado Kunai en el centro de la mesa del comedor que ahora solo cumplía la función de mapa del crimen, un trozo de madera oscura donde volcaban todas las pistas sobre los ataques ocurridos en la casa.

- En aquel bosque el único peligrgro soy yo.- Se burló notando la preocupación en las palabras de su líder, riendo tiernamente.- Pensé que estaba argreglando los vestidos de sus nietas.

- Terminé hace un momento.- La líder se paseó alrededor de la mesa, deslizando su mano de alhajas oscuras y uñas picudas por la brillosa superficie, observando todas las pistas a su disposición. Aquel cuchillo solo representaba otra incógnita acumulada en su cabeza, en la cabeza de todos. La gente ya no desaparecía o eso era lo que les estaban haciendo correr. Sin embargo, solo una constante pregunta surcaba su mente, si los que atacaban a su familia no eran humanos, ni tampoco Rebeldes ¿Entonces que eran? - ¿Qué haremos, Bertrand?

- Pensé en colocar ajpones de plata en los árgrboles, pejo es muy peligrgoso.- Le tendió uno de aquellos amarillentos planos que se extendían por toda la mesa donde detallaba explícitamente como elaborar aquella arma, viejas herramientas de los primeros Sabuesos.- Se activan con el más mínimo movimiento.- Por lo general aquel tipo de armamento se colocaba en murallas, fronteras donde pocos guardias estuvieran perimetrando la zona, lugares de poco transito donde una simple pisada o salto diera rienda suelta al engranaje que causaría su inmediata destrucción.