❖┋● ❝한주민❞
❝Y creer que todo comenzó por una propuesta arreglada. Literalmente era ficción.
Supongo que ese famoso dicho de... "La realidad supera la ficción" es cierto.
¿Amor? Esa palabra me causaba repulsión, asco, no tenía ni el menor interés en e...
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Los padres de Hyeji y el padre de Jumin se conocieron.
Era algo breve y grato para ellos.
Estaban en el penthouse del pelinegro, ya que él había ofrecido su hogar para eso.
A pesar de no tener mucho dinero como lo era la familia del pelinegro, al CEO Han le agradó que fueran personas honestas y amables. Aunque ahora eso no le importaba, quería que su hijo viviera feliz y ya se acercaba a la edad para casarse.
Por otro lado, la opinión de los padres de Hyeji era realmente buena, les agradó que el padre estuviera entusiasmado por la boda de su hijo. Eran unos millonarios generosos, al principio pensaron que podrían ser soberbios, pero todo lo contrario.
Cómo el matrimonio era sagrado para ellos esta decisión era importantes para ambos.
Mientras ellos hablaban Hyeji y Jumin sólo escuchaban y se veían entre sí.
Hyeji se sentía culpable por estar mintiendo, pero ya no habría marcha atrás, había comenzado algo y debía de terminarlo. Sólo mentalmente le pedía perdón a sus padres por ser una hija así.
Jumin sólo se sentía mal por arrastrar a la chica a esto, pero había aceptado, por lo que no sabía qué decir o hacer.
Los adultos hablaban en la mesa y entre familia se llevaron muy bien, el señor Min y el señor Han resultaron ser buenos amigos.
— «Parece que va bien...» — Pensó ella al ver a su padre reír con su consuegro.
— Entonces está decidido — Sonrió el padre del pelinegro.
— Sí, me parece bien — Asintió el padre de la chica.
Ambas partes eran importantes, prácticamente ya estaban casados, ya que las familias de ambos ya se habían conocido y llevado bien. Eso es lo primordial en su familia, ya que el casamiento era la unión de ambas familias y después dejar descendientes.
Normalmente no hubiera importado acerca del intercambio de anillos, etc. Pero el señor Han había propuesto que sí lo llevarían, por lo que se comprarían los anillos, obviamente, caros, pero sí harían eso.
Habían quedado que Hyeji comenzaría a vivir con Jumin y ella dejaría el departamento que estaba pagando la renta.
Jumin y Hyeji agradecieron que estuvieran de acuerdo con la boda y que harían lo posible por apoyarse y salir adelante juntos.
— Entonces nos despedimos, nos veremos el fin de semana — El señor Min se despidió de mano del CEO Han.
— Sí, ya tenemos todo — Sonrió.
— Hasta luego, señor Han — Se despidió la señora Min.
