❖┋● ❝한주민❞
❝Y creer que todo comenzó por una propuesta arreglada. Literalmente era ficción.
Supongo que ese famoso dicho de... "La realidad supera la ficción" es cierto.
¿Amor? Esa palabra me causaba repulsión, asco, no tenía ni el menor interés en e...
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La chica despertó, estaba todo oscuro.
¿Estaba en un sueño o en alguna clase de trance?
Sus ojos se sentían pesados, como si tuviera un sueño intenso, queriendo volver a dormir, pero en su interior diciéndole que debía de despertar y ver qué era lo que sea que estaba sucediendo o pasando con ella misma.
Trataba de recordar lo que había sucedido pero era en vano, estaba aturdida y no sabía lo que le sucedió, por más que lo intentara.
Trató de estabilizarse un poco para poder reaccionar y similar mejor las cosas.
La cobriza debía entender sí o sí.
Cuando finalmente se concentró y pudo captar mejor, trató de razonar la situación.
— Hmmm... — Trató de hablar, pero notó algo sobre su boca.
Se lo impedía algo, como si tuviera algo pegado.
— ¿Hmm? — Trató de abrir su boca nuevamente, pero no podía.
Trató de quitárselo con las manos, pero... ¡Oh! Sorpresa, no podía, sintió sus manos estaban con algo que estaba impidiendo moverlas.
— «¿Qué es esto?» — Pensó.
Sí, tal vez estaba cautiva y no podía hablar, pero nadie le impedía el poder pensar y expresarse mentalmente.
— «Hyeji, ¿En dónde carajos estás?» — Miró al rededor pero no podía, era imposible con tanta oscuridad al rededor.
Trató de moverse de dónde estaba, pero sus tobillos estaban amarrados entre sí y en la silla en dónde estaba, para que no pudiera moverse.
— «Jumin, Jumin» — Recordaba al pelinegro y empezaba a preocuparse por él —, «Necesito saber dónde está...»
De pronto escuchó la puerta abrirse.
Se percató y se quedó callada ante esto, no sabía en dónde estaba ni con quién.
No quería ser negativa, ya que siempre había sido una persona tan optimista, pero en esta ocasión, sabía que se trataba de una situación seria y que quizás no pudiera salir de esto, su vida corría peligro.
— «¿Qué rayos? » — Frunció el ceño.
— Oh, finalmente la bella durmiente despertó, ¿No es así? — Se escuchó una voz masculina.
— «¿Por qué esa voz...? — Se quedó pensativa al escucharlo.
— Bienvenida mi querida y preciosa Hyeji... — Prendió la luz, sólo dejando ver la vestimenta del chico, que era complemente negra.
— Hmmhm — Trató de hablar, olvidando que tenía la cinta en la boca.
— Ah, mi princesa, tienes cinta en tus hermosos labios, no puedes hablar... — Se cruzó de brazos.
