❖┋● ❝한주민❞
❝Y creer que todo comenzó por una propuesta arreglada. Literalmente era ficción.
Supongo que ese famoso dicho de... "La realidad supera la ficción" es cierto.
¿Amor? Esa palabra me causaba repulsión, asco, no tenía ni el menor interés en e...
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Dicen que el amor es algo muy hermoso, parece demasiado irreal para ser verdad y que es algo que todos llegaremos a sentir en algún momento de nuestra vida.
Muchos dicen que no existe la pareja perfecta o ideal, eso es totalmente cierto, ya que nadie es perfecto, sin embargo, cada persona decide cómo actuar ante las diversas situaciones que te presenta la vida.
Tienen razón, nada es color de rosa, y no es que se sumerjan en una fantasía, es solamente que prefieren sólo las cosas buenas, pensando positivo y no rindiéndose. Pero mucha gente critica esta forma de vivir de los demás.
No han aprendido que... Si no me afecta, ¿Para qué juzgar?
Supongo que no.
Pero ya quedan en esas personas, tú sólo vive tu vida, se feliz con quién quieras y haz lo que quieras, a final de cuentas el que vive todo eso eres tú, y nada más que tú, ¿Por qué estarse preocupando por los demás?
Así es como vivirían de ahora en adelante Hyeji y Jumin.
En su propio mundo, entendiéndose mejor que nadie y dando lo mejor de sí mismos para que la relación marchara bien.
Era una mañana algo fría, comenzaba a sentirse ya algo de frío, comenzaban los vientos de Noviembre para después, llegar el invierno.
Ella despertó, aún estaba adormilada, ya que era temprano, sin embargo, se sentía bien y feliz por la confesión que vivió el día anterior.
— Buenos días~. — Le susurró el pelinegro que estaba sentado a su lado admirando su belleza al dormir.
No importaba si estaba despeinada, si sus ojos estaban cansados y no podía despertar bien, si no estaba “arreglada”. Jumin no era superficial en esas cosas, a él le gustaba Hyeji y punto, eso no lo haría cambiar de parecer.
— Buenos... Días... — Hizo breves pausas para comenzar a estirarse y despertar mejor.
— ¿Cómo durmió mi preciosa? — Sonrió ampliamente buscando su mirada.
— Hmmm... — Se sentó mejor a su lado —. ¿Me dijiste preciosa? — Entrecerró sus ojos mirándolo.
— Sí, es porque lo eres, ¿O prefieres que te llame perfección? — Se acercó a su rostro.
— Creo que yo debería llamarte así — Comenzó a reír levemente.
El pelinegro suspiró sonriente, no podía creer que esto era la realidad.
Hyeji miró la hora, apenas eran las 7:55 de la mañana.
— ¿Te levantaste temprano y viniste a despertarme? — Sonrió apenada.
— Oh, sí, lo lamento... — Se disculpó.
— No, no, está bien — Hyeji talló sus ojos.
— Ayer... Sucedió algo que no creí que haría, y hoy... Quise venir a verte, sabes que me levanto temprano... — Contestó apenado.
