❝ Ƴσυ вєℓσηg тσ му ωσяℓ∂ ❞ // © ¦{𝓗𝓪𝓷 𝓙𝓾𝓶𝓲𝓷}¦

•ᴵ'ᵐ ˢᵒʳʳʸ•

— ¿Para qué querías citarme? — Jumin estaba en C&R en la oficina de su padre.

— Sólo quería verte, ¿No puedo? — Lo miró sorprendido.

— No, sólo que es repentino — Se encogió de hombros —, como me dijiste que viniera solo.

— ¿Tu esposa se encuentra aquí?

— No, se fue a su otro trabajo — Negó —, abajo me está esperando el señor Kim.

— Uhm, ya veo.

— ¿Qué sucede?

— Tu madre me dijo que fue a verte y habló contigo y tu esposa — Se sentó en su escritorio.

— ¿Desde cuándo hablas con mi madre? — Lo miró confundido.

— Desde hace días.

— ¿Y qué te dijo? — No se imaginaba que hablaran.

— Primero me dijo que si sabía quién era tu prometida.

Jumin esperaba que su madre no fuera una hipócrita por cómo había hablado allá a cómo hablaba con su padre al respecto.

— Ajá... —. El pelinegro se estaba esperando lo peor.

— Y me dijo que al inicio no estaba de acuerdo porque quería que fuera alguien rica de una compañía, sin embargo que es carismática tu chica y que tiene un futuro prometedor en su carrera.

— ¿Eso te comentó de ella? — Le sorprendió que no hablara de forma negativa o juzgara.

— Sí, eso me dijo, además de que Hyeji es un gran partido para ti y que te ha cambiado.

— Vaya, pues sí, no voy a negarlo — Sonrió.

— En efecto, sé que tu esposa es la mejor mujer para ti y es perfecta ante tus ojos — Rió al ver a su hijo ponerse colorado ante la mención de la cobriza.

— Sí — Desvió la mirada —, me sorprende que mi madre haya hablado contigo respecto a mi esposa, significa que la aprueba como nuera — Le dió una mirada a su padre.

— Ja, debo de admitir que cuesta demasiado trabajo el convencer a tu madre, pero tu esposa ha hecho un gran trabajo, tiene nuestra aprobación — Le enseñó su pulgar sonriéndole.

— Gracias por su aprobación y buenos deseos — Agradeció con su corazón.

— Ya sabes hijo — Le guiñó el ojo —, ah, y bueno, me reclamó también.

— Te... ¿Te reclamó? — El ojigris no se imaginaba el porqué Coraline le había reclamado al presidente Han, ¿De qué?

— Sí.

— ¿De qué?

— De tu puesto en C&R.

— Ah... — Negó —, ay madre...