❖┋● ❝한주민❞
❝Y creer que todo comenzó por una propuesta arreglada. Literalmente era ficción.
Supongo que ese famoso dicho de... "La realidad supera la ficción" es cierto.
¿Amor? Esa palabra me causaba repulsión, asco, no tenía ni el menor interés en e...
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Jumin se levantó en la mañana, eran exactamente las ocho y cuarto. Siendo sábado y faltando siete días para la Navidad.
Abrió los ojos y sintió el aire de invierno, sólo que ahora estaba solo, no amanecía con alguien a su lado, la mujer que amaba simplemente no estaba.
Miró el techo por unos segundos y cerró sus ojos con fuerza.
— Ugh — Se quejó recordando el día anterior.
Se sentía mal, estaba mal, no podía pensar con la claridad que se requería, todo se encontraba de cabeza en su vida y no tenía ganas de realizar absolutamente nada.
— ¿Qué voy a hacer? — Suspiró frustrado.
No sabía a dónde ir, no sabía qué hacer, qué decir.
El timbre de su hogar comenzó a sonar.
— ¿Quién? ¿Ahora quién viene? — Jumin se quejó aún acostado en su cama, no pensaba levantarse.
Sin embargo el timbre seguía sonando.
— Agh, no voy a abrir — Se colocó una almohada en su cara.
Sin embargo llegó el pequeño perrito café y comenzó a llamar la atención del pelinegro.
— ¿Uhm? — Miró a un lado retirando la almohada que impedía su vista —, Kai...
— Woof — Era como si le avisara lo que estaba pasando.
— Tengo que abrir, ¿Cierto? — Miró al perro.
El pomeranian sólo movió la cola y lamió su mejilla.
— De acuerdo, ya voy... — Suspiró acariciando su cabeza.
El ojigris se levantó dirigiéndose a la puerta, cuando la abrió se encontró con Zen.
— ¿Qué haces aquí? — Dijo indiferente.
— Vengo a que hagamos algo al respecto — Entró a su casa.
— Agh, sabes lo que nos dijeron, yo tal vez tenga dinero, pero no tengo contactos ni nada por el estilo, sabes que apenas comenzaba al mundo de ser CEO y demás — Se cruzó de brazos y se recargó en la entrada.
— Tal vez tú no tengas contactos, pero ¿Qué hay de tu padre?
Eso dejó al pelinegro pensando.
— Es cierto...
— ¿Ves? Hay soluciones, vamos Jumin no puedes quedarte así — Trataba de que hiciera algo.
— Sí pero... — Suspiró —, lo siento Zen, pero no tengo estabilidad, sabes que Hyeji es todo para mí y...
— Yo lo sé, también lo es para la RFA, por eso debemos ser perseverantes y saber que la vamos a encontrar — Lo miraba esperanzado.
