Capítulo veinte

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Odio el instituto, por si no lo he dejado claro a lo largo del periodo de espacio de mi vida que os estoy relatando

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Odio el instituto, por si no lo he dejado claro a lo largo del periodo de espacio de mi vida que os estoy relatando. No me gustaba cuando estaba viva y no me esta gustando ahora que soy una no muerta sexy y despampanante.

Pero bueno, sigamos con la narración de mi vida que será lo único bueno que os pasara hoy, idiotas.

Era final de semana, bueno da igual que día fuera, lo único era que tenía que ir a ver a Belcebú a su partido. Desde que habíamos formalizado la relación lo había visto cada día y mucha gente nos había visto juntos, pero que yo apareciera entre las gradas era la confirmación de una relación entre los dos. A veces me parecía fascinante el estatus quo de los centros educativos y como había leyes no escritas que todo el mundo conocía.

Ahí estaba, enfundada en una falda de cuero rojo, unas botas hasta las rodillas de color negro como mi alma y una camiseta con un pentagrama dibujado. Todo el mundo hablaba y gritaba mientras los jugadores saltaban al campo.

Belcebú iba a final de la cola, con un traje compuesto de un pantalón negro y la parte de arriba mucho mas regia que era de color rojo, su dorsal era el número uno. Sonreí, todo era por fardar.

Estaba en segunda fila, detrás de unos hinchas acérrimos de nuestro instituto que gritaban como cerdos en un matadero, pero tenia que ponerme ahí para que el demonio me viera y supiera que estaba ahí apoyándolo.

Me vio con sus ojos como rubís, habló con uno de sus compañeros y luego se acercó donde estaba yo. Empuje a los tres idiotas que gritaron como locos al ver a mi novio aproximarse y me colé en primera fila a codazo limpio.

—¡Has venido!—dijo entusiasmado.

—Te dije que no iba a perdérmelo.

Noté como todas las miradas se dirigían hacia nosotros. Él era la estrella del instituto y yo una simple don nadie. Me hice algo pequeña ante esa idea.

Belcebú debió de notar algo porque me agarró la mandíbula para que lo mirara y me sonrió.

—Todos los puntos que haga hoy son para ti, mi letal Usagi.

—¿Soy letal? ¿Y peligrosa?— las palabras salieron en un tono seductor de mi boca.

—Como la belladona.

Me besó en la mejilla y volvió con sus compañeros.

Todos los jugadores que iban a jugar el partido se colocaron al lado de los visitantes, que era una de las tantas agrupaciones de demonios que jugaban al rugby. La de ese día estaba conformada por demonios mosca, aunque estos tenían la piel de un color azul eléctrico y nada de pelo. Pero su cabeza era grande con dos ojos divididos en cientos y una boca con forma de tubo de la que caía baba y se escuchaba un silbido cuando hablaban.

El partido comenzó con el pitido del árbitro. Todos se agolparon unos contra otros en una masa de cuerpos intentando coger el balón con forma de óvalo. Uno de los jugadores de nuestro equipo se hizo con el y salió corriendo como una gacela. Un demonio de color negro con dos cuernos dorados como los de las cabras. Fue placado por uno de sus contrincantes que lo llevó al suelo con una embestida en el pecho.

El partido continuó a base de placajes, golpes y contusiones. Empezaba a divertirme ver a dos grupos de personas hacerse daño de forma tan gratuita. Un joven mosca del equipo contrario tuvo que ser reemplazado cuando una mole de color arena de nuestro equipo le partió la pierna al hacerle un placaje. Levanté el pulgar al demonio en señal de apoyo, y este, lo único que hizo fue reírse mientras hacía retumbar el estadio con sus pisadas, mientras volvía con Belcebú y los otros.

Las animadoras danzaban y coreaban consignas apoyando al equipo, en un descanso Melancolia me miró de arriba a bajo mientras luego giraba la cara hacia sus compañeras. Para ella mi presencia no había pasado inadvertida. Por mi como si su traje se le rompía al hacer una pirueta.

(...)

El partido estaba muy igualado, solo quedaba un minuto y perdíamos por un punto. Belcebú estaba corriendo por la pista de hierba con el balón. Todo el mundo estaba en tensión viendo como intentaba llegar al final para anotar un tanto, pero a la mitad de su recorrido fue abatido.

Le costó levantarse del suelo, tenía un par de moratones del tamaño de puños en las piernas. Su mandíbula tenía otro y su labio estaba partido por la mitad. Sangre resbalaba por su cuello y su pelo rojo estaba enmarañado debido a la fricción.

Pero el árbitro falló hacia ellos y tuvieron la oportunidad de lanzar un gol de campo, si Belcebú era capaz de hacer colar la pelota por los postes ganarían.

Se todo esto sobre el rugby porque me estuve documentando antes de ir al partido.

Todo el mundo se calló mientras Belcebú se concentraba, en un instante me miró y yo asentí dándole confianza. Sabía que era capaz. El joven demonio impulsó la pelota con todas sus fuerzas, esta recorrió el aire a toda velocidad y traspasó los postes.

El árbitro pitó dando finalizado el partido, todo el mundo estalló en vítores, incluida yo. Mi novio salió corriendo del campo directo al publico, yo me aparté de todo el mundo mientras saltaba de las gradas. Me cogió el volandas, siendo yo como era una enana al lado de su musculoso cuerpo y nos abrazamos, después me besó. Sabía a sudor y a sangre, pero para mi fue un beso tremendamente dulce.

En medio de todo esa alegría, después de que él me dejara en el suelo se acercó un demonio a nuestro lado. Era muy parecido a Belcebú, con su pelo rojo , aunque este también tenia la piel roja, de un color granate oscuro. Tenía dos piernas de cabra recubiertas de pelaje marrón, pero a pesar de su aspecto amenazante me sonrió.

—¿Usagi? —preguntó. —Soy el padre de Belcebú.

—Encantada, señor Quebrantahuesos — hice una inclinación con la cabeza.

—Déjate de formalidades. Por fin conozco a la novia de mi hijo. Me gustaría que cenaras con nosotros hoy.

Miré a Belcebú, este me sonreía mientras me tenía cogida de la mano.

—Me encantaría.

Ya tenía que joderme otra vez.

Ya tenía que joderme otra vez

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Hola a todos:

Sois geniales, muchos de vosotros me habéis animado en este bloqueo y os lo agradezco mucho. Creo que voy a montar un club de fans, si quereis apuntaros dejadme un mensaje jajajaja.

En serio, muchas gracias por todo.

Nos vemos en el próximo capítulo.

Ginny :)

Instituto InfernalWhere stories live. Discover now