Feliz cumpleaños a esta seguidora, espero que disfrutes mucho de tu regalo.
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🌸--OST del capitulo; arriba--🌸
Ibas paseando por aquel supermercado sintiendo que la boca se te hacía agua a ratos gracias al hambre de hace días. Robar no era tu opción favorita, pero tenías que sobrevivir y ayudar a tu hermanito también, así que escondiste uno paquetes de comida entremedio de tu chaqueta junto con algunos bebestibles y esperaste a pasar desapercibida.
No tenías que preocuparte de las cámaras, ya que tenías toda la cara cubierta.
Cuando estabas a punto de salir por la puerta, chocaste con un chico pelirrojo, haciendo que se te cayeran algunas cosas.
-¡Lo siento! ¿Estas bien? Yo...
Comenzó a disculparse algo nervioso hasta que vio lo que estabas haciendo.
-No has pagado por eso.
Tomaste todo lo que pudiste del suelo y comenzaste a correr, ignorando los gritos del muchacho y el de los guardias. El chico te había comenzado a perseguir, pero tú le llevabas una gran ventaja, así que solo tenías que esperar a que se cansara.
-Es muy persistente.
Murmuraste al ver que ya llevaban un buen rato corriendo. Miraste por el rabillo del ojo, viendo que cada vez estaba más cerca, así que pensaste que era hora de perderlo. Comenzaste a usar lo que te restaba de energía en tus piernas para llegar a un callejón, para luego saltar sobre un contenedor de basura y sucesivamente por los balcones de los departamentos hasta llegar al techo.
-¡Hey!¡Eso esta mal!
Miraste hacia abajo encontrándote con aquel hombre, agotado por la carrera anterior.
Te quitaste la gorra que traías, dejando a relucir tus orejas caninas y te marchaste fuera de su vista.
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Estabas agotada, agradeciendo a que control de híbridos no te había visto, pero habías gastado tanta energía innecesaria por un chico que quería dárselas de héroe.
-Ya estoy en casa, Aoi.
Dijiste al entrar a una de las habitaciones de un pequeño edificio abandonado. Habían algunas mantas tiradas por el piso, algunos cartones y basura en una esquina. Entremedio de las mantas algo se movió, hasta que dejó salir su pequeña cabeza.
-¡Nee-chan!
Un pequeño niño de unos 4 años salió de entre las mantas. Probablemente haya tenido frío, gracias al clima que había afuera. Esa imagen le rompía el corazón a la joven, creyendo que era injusto que no pudieran vivir como los humanos, teniendo que vivir en laboratorios esperando a ser adoptados por separado.
