Shōto Todoroki

28.6K 1.7K 1.1K
                                    

Pedido por: Ariza_chan
Advertencia: lemon, gore, AU!Mafia.

🌸——OST del capitulo; arriba——🌸

Estabas tranquila, sentada en la barra de un bar del hotel más famoso de Japón.

Tu vestido rojo se ajustaba perfectamente a las curvas de tu cuerpo mientras que movias tu bloodymery levemente de un lado a otro.

Acomodaste uno de tus largos cabellos (c/c), detrás de tu oreja, esperando pacientemente a que algo pasará.

–¿Está ocupado este aciento, señorita?

Miraste al hombre a tu lado con algo de curiosidad, para luego sonreirle de manera coqueta, dejándolo cautivado. Tomó aquel gesto como una aprobación a aquella propuesta que te había lanzado y se sentó a tu lado.

Lo analizaste con detenimiento, mirándolo desde arriba hasta abajo, sin falta de detalles. Era un hombre en sus cuarenta, tal vez más, muy robusto, que traía un montón de, tanto prendas como accesorios, muy costosos, además de un olor a alcohol que se sentiría a kilómetros.

Rixon Morph, el hombre que estaba buscando. Hace un tiempo el se había decidido meter en el negocio de las drogas y el contrabando, pidiéndole así, una gran suma de dinero al jefe... grave error. Nunca devolvió lo que le habían prestado y ahora que se estaba haciendo rico, juraba que podría escapar con esa seguridad de pacotilla que traía.

–¿Y qué trae por aquí a un hombre tan refinado?

Tomaste un poco de tu trago, dejando una notoria maca de labial en el borde de la copa.

–Precisamente en busca de hermosas joyas, como tú ¿Quieres venir a ver mi tesoro?

Reiste con diversión mientras le extendía tu mano derecha, guiándote hacia una de las habitaciones.
.
.
.
Te estabas besando con aquel hombre, de manera frenética y deseosa, al mismo tiempo que tocaba cada rincón de tu cuerpo con sus grandes manos. De un momento a otro te lanzó a la cama, sin delicadeza alguna, mientras que te subía el vestido, dejando a la vista tus bragas de color color carmesí, siendo una perfecta combinación con el vestido. Poco a poco iba subiendo las manos por tus largas piernas, hasta que... el hombre se quejó de manera estruendosa.

–¿¡Qué mierda!?

Un cuchillo había perforado la parte inferior de su espalda. Se dio la vuelta para saber quién era el dueño de aquel arma, encontrándose con una mirada fría, heterocromatica, llena de odio hacia su persona.

En ese instante, él lo supo.

–¡Maldición! ¡Me encontraron!

El chico retorció el cuchillo, mientras que él, tratando de escapar, cayó al piso, gracias al dolor de la herida.

Shōto aprovechó el desequilibrio para ganarse arriba de él y enterrarle otro cuchillo en una de las manos, dejándola incrustada en el piso, quedando con él boca abajo. 

–¿Crees que puedes tocar a mi mujer e irte vivo de aquí?

–¡Mierda!¡No sabía que era tu novia amigo!¡Lo siento!

Sonrió de manera sádica, causando un escalofrío pasar por su columna vertebral, o no sabía si era producto de la gran pérdida de sangre que estaba teniendo.

–Ahora lo sabes y pagarás por ello.

Retiro el cuchillo de la mano dejando que la víctima sintiera un gran alivio, pero Rixon no contó con que, en un rápido movimiento, fuera dejado boca arriba, causando una gran presión en la herida sacándole un quejido.

–Este será tu castigo.

Tomo un par de tenedores que se encontraban en una de las mesitas de la habitación y se los clavó sin piedad en los ojos.

–¡Por favor!¡Para!

No hizo caso a sus súplicas, de hecho le parecían molestas así que, con el mismo cuchillo, le cortó la lengua.

–Eres molesto, cállate ya.

–Cariño, ¿Porqué no le cortas a su... amiguito?

Una mirada de maldad se hizo presente en ti.

Dicho y hecho. Shōto, sólo para complacerte, le bajó toda la ropa inferior y le cortó su miembro, sin piedad, sin compasión.

"Todo esto lo hace por mi"

Pensabas con fascinación, llena de amor hacia aquel hombre que estaba destripando al que trataba de tomar tu cuerpo.

El bicolor le abrió el torzo dejando a la vista todos los órganos internos para luego tomar el más vital: el corazón.

–Ya no lo necesitarás.

Y lo arrancó sin más. Tú aplaudías de felicidad. Te encantaba ver la cara de satisfacción de tu amado al deshacerse de todas aquellas molestias en el mundo.

–¿Estas feliz?

Te preguntó. Tú sólo sonreiste, para luego comenzar a quitarte ese molesto vestido dejándote sólo en ropa interior. Con la misma prenda, limpiaste las manchas de sangre de su cara y manos, dejando sólo en la ropa.

–¿Por qué no vienes y lo averiguas?

Comenzaste a acariciar su miembro por sobre la tela, sintiendo lo muy excitado que estaba tu novio. Esta no era su primera vez, así que ya sabías lo que venía.

Él, sin paciencia alguna, se sacó todas las prendas de ropa, dejandolas tiradas por el charco de sangre que había en el piso.

Tú lo miraste de manera divertida mientras esparcias besos por su miembro, algo... despierto. Shōto soltaba varios suspiros y gruñidos al sentir que esos pequeños besos se transformaban en lamidas y esas lamidas cambiaban para estar en tu boca, moviendola de manera frenética hasta tu esófago.

–Dios, (T/N), más rápido.

Le hiciste caso a sus órdenes para luego sentir un espeso líquido en tu boca, de sabor amargo y contextura gelatunosa: se había corrido en tu boca y tu te lo habías tragado sin objeciones.

–Mi turno.

Terminó de sacarte todas las prendas que te faltaban para luego acomodarse en tus caderas, con una mano en tu clítoris.

–Pidelo.

–Por favor, Shō-sama.

–Así me gusta.

Entró sin previo aviso mientras con su mano acariciaba tu clítoris.  Las estocadas comenzaron siendo duras y lentas, pero a medida de que pasaba el tiempo terminaron siendo rápidas y consisas.

Retiro si mano de tu clítoris para luego dirigir su boca a uno de tus pechos.

Tú sólo lenabas la habitación de gemidos que provocaban más al bicolor.

–Shō... y-yo...

–L-lo se, y-yo también.

Las estocadas fueron en aumento de velocidad y cada vez sentías como se apretaba algo en tu interior hasta que sentiste como te liberabas, mientras que el iba cada vez más lento. Agradecías que tenías un método anticonceptivo muy efectivo, por que con ese hombre podrías llegar a tener mil hijos.

–Te amo.

Misión con cansancio, cuidando de no aplastar tu cuerpo con el suyo mientras que tu acariciaba su espalda y cabello.

–Amame más, por que yo lo sigo haciendo.

Ambos se registraron en la cama, con el durmiendo entre tus pechos desnudos, abrazando tu cintura, mientras que tu acariciabas sus cabellos.

Escenarios y one-shots ||BNHA x Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora