Escenarios y one-shots ||BNHA x Tú||

Katsuki Bakugō

Pedido por: Jxrxfx

🌸——OST del capitulo; arriba——🌸

Creo que había pasado unos cuantos días desde que te diste cuenta que tenías un crush con el chico explosivo de tu clase, no sabías que era lo que habías visto en él, pero no te importaba, eras bastante sincera con lo que a tus sentimientos respectaba, así que solo te quedaba ser tu misma.

–Hola.

Lo saludaste con una sonrisa sentándose en asiento frente a él, aprovechando que Midoriya aún no llegaba.

–¿Qué quieres? Pierdete.

–En tu mirada guapo.

Todos voltearon a ver como si hubiera dicho lo peor del mundo mientras tu seguías sonriendo con inocencia.

–¿Q-qué carajos?

El rubio se había sonrojado de sobremanera, ni siquiera se había esperado que serías así de descarada.

–Nada, solo digo las cosas como son.

Te escogiste de hombros restandole importancia.

–¿Estas bromeando?

–Yo no bromeo.

Te levantaste del lugar al ver que el chico peliverde traspasó el umbral de la puerta.

–Nos vemos.

Dijiste no sin antes lanzar un beso al aire.

Toda la clase había quedado expectante, algunos se preguntaban como era que ella no había muerto, otros se preguntaban por qué alguien como él, pero el que estaba más confuso era el rubio.
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Las clases habían pasado con normalidad  llegando así la hora del receso.

–¡Kat-su-kii!

Corriste hacia el chico y lo abrazaste por la espalda haciendo que el de las explosiones se pusiera nervioso.

–¿¡Q-qué quieres, rara!?

–Me gustas.

Dijiste con una sonrisa, haciendo que casi le diera un ataque cardíaco.

–¡Tú a mi no!

–No me importa, te voy a conquistar de alguna forma.

Te separaste con tu usual sonrisa y te fuiste por donde llegaste.

¡Mierda!

Pensó Bakugō mientras agarraba su ropa en donde debía estar su corazón, de verdad que estaba a punto de salirse y es que a él también le gustabas, pero su orgullo era bastante más grande y se odiaba por eso.

¿Cuál era el problema de que la chica que te gusta se te declarará?

Pues... ella se le había declarado primero y admitir que le gustabas era como perder ante tus encantos y el jamás perdía.

–¡Eres muy lindo cuando te sonrojas!

Gritaste al otro lado del pasillo, aumentando así ese sonrojo que habías elogiado.

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Tus coqueteos se habían vuelto más descarados con los días, pasando de elogiar su cabello hasta esos abdominales de dioses griegos.

–¿Cuando vas a decirle a (T/N) que también te gusta?

Preguntó Kirishima que iban de camino a la U.A.