47. TORMENTA Y PAZ

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"En tus día malos te voy a querer el triple"

DOMINIQUE

-Vas a resfriarte- su voz resonó en la ducha y en el silencio.

-Tú también- respondí en el otro extremo de la ducha. Debía decir que era mucho mejor estar abrazándola. Volvió a quedarse callada. Había perdido la noción del tiempo. No tenía la mínima idea de cuantp teníamoa aqui metidas. Lo que si era cierto es que ambas nos resfriaríamos por esto. Ella mucho más que yo.

-Tienes que salir- volvió a hablar y la miré. Kat se veía tan preciosa.

-Tú también- ladee la cabeza.

-Eso no importa- negó con la cabeza.

-A mi me importa, y si no sales de aquí no lo haré yo- recosté mi cabeza la pared. Tenía mucho frío, era cierto. Pero no me importaba.

-¿Qué haces aquí?- me miró por fin- Llueve afuera.

-Y también dentro de mi, por eso vine. Y porque Melanie iba a traerme de todas formas así que... Aquí estoy- suspiré y sentí su mirada sobre mi.

-¿Viniste por Melanie?

-No, bueno si. Vine por Melanie, pero para nosotras- me atreví a mirarla por fin.

Ahí estaba la razón.
Esa pizca de esperanza que ella aún conservaba y que tenía yo.
Esas ganas de ser valientes pero no atreverse a serlo, por muy irónico que parezca.
Las dos teníamos heridas que la otra podía reparar, no todas. Pero la gran mayoría. Por eso estaba aquí.

El silencio se hizo presente otra vez. Estaba comenzando a tiritar. Tenía frío. Kat lo notó.

-Debes salir- apagó la ducha- Ve Dom.

-No lo haré si no sales tú- la miré decidida y Kat suspiró. Se levantó del suelo y me tendió la mano. Me levanté con ella. Yo estaba temblando y me asombraba que ella no, cuando llevaba más tiempo ahí metida. Me era demasiado difícil caminar. Sentí las manos de Kat en mis piernas levantandome del suelo para llevarme en sus batzos hasta fuera del baño. Los flashbacks que llegaron a mi cabeza fueron muy rápidos y dolorosos. Cerré los ojos recostado mi cabeza en su pecho sintiendo otra vez los latidos de su corazón como hace meses. Me dejó en su habitación y buscó una toalla par secarme.

-¿Cómo es que.. Que puedes estar tan... Tranquila?- estaba tiritando ya y el frío se colaba en mis huesos. Kat llegó con la toalla y me secó por completo.

-No lo sé- pasó mi toalla por mis brazos, cuello, torso- No aguantas nada tú- la miré mal cuando comenzó a burlarse de mi y ella sonrió de manera divertida.

-Cállate, Barrell- me miró e hizo una mueca para seguir con su trabajo. Cuando terminó me dejó en su casa cubriendome con la sábana y subió la calefacción.

-Voy a cambiarme, ya regreso- desapareció en el closet y suspiré.

Las sábanas tenían su olor y era el mejor. Sentirme atrapada por su aroma era la sensación más preciosa del mundo. Me sentía nuevamente en casa. Lo estaba. Quería seguir estando. Mi interior rogaba en el silencio de la habitación que así fuera.

Silencio que se rompió con el sonido de la puerta que Kat abrió para luego salir cambiada y seca. Me tendió un par de cosas suyas. Yo me había llevado todo lo mío. Tomé la ropa y me cambié bajo la sábana. Fue complicado pero sabía que sería peor si me levantaba. Ella recibió la ropa mojada y se la llevó al baño.

Teníamos que hablar. A eso vine. Y no me iría sin hacerlo. Ya estaba cansada de guardar silencio y evadir el tema. Ya no más.

-Ya regreso- salió de baño y camino a la puerta de la habitación.

SAUDADE- DOMKAT (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora