36. Inframundo y trajes de mal gusto

3.1K 225 107
                                    

<Leo.>

Parpadeé y vi figuras oscuras mezcladas en un abismo más oscuro y tétrico aún. Volví a parpadear, y una vez que mi vista se acostumbró, pude ver con más claridad: parecía un valle rocoso de miles y miles de kilómetros. Traté de mirar hacia arriba, en busca del sol, para guiarme, pero nada.

Literalmente, no había nada.

¿Dónde diablos estaba?

Un momento.

Sol… ¡Alice!

Me levanté bruscamente, provocándome un mareo, pero no me importó.

—Yo no me movería mucho si fuera tú, Valdez –oí esa voz fría detrás de mí y me volteé rápidamente.

—¿Qué haces aquí, Nico? –usualmente le hubiese dicho Cara de Muerto o algo, pero no era un buen momento para bromear. Él estaba sentado sobre una de las rocas, haciendo girar su anillo de calavera, ni siquiera me miraba- ¿Y qué es este lugar?

Ladeó la cabeza hacia mí y de un salto, bajó de la roca. Caminó lentamente y se detuvo a tres metros de mí.

—Este es el Inframundo –dijo, y eso respondió a mis dos preguntas- La verdadera pregunta es qué haces aquí.

Meneé la cabeza.

—N-No sé cómo termine aquí. Pero estoy buscando a alguien. A alguien muy importante.

—Los demás ya me contaron la historia sobre tú y la hija de Apolo –comentó- Y yo te traje aquí.

—¿Entonces por qué me preguntaste que hacía aquí? –pregunté confundido.

—Serás idiota –gruñó, apretando los puños- Me refería a por qué me vi forzado a traerte. –suspiró, tratando de serenarse- Estaba en el Argo II ayudándolos a los demás con su misión cuando sentí a la muerte a punto de llevarte. Claro, yo nunca vi a tu novia, así que no podía identificarla. Hice un viaje sombra y te traje justo a tiempo de que murieras. Ahora estás en el limbo, ni muerto ni vivo hasta que arreglemos esta situación. Por lo tanto, aquí sólo estás en alma, tuve que esconder tu cuerpo medio muerto en otra parte.

—¿Y qué pasa con Alice? Me importa muy poco lo que me haya pasado a mí, ¡sólo quiero saber que le ocurrió! –retrocedí y pateé una roca, la cual cayó al abismo- Dijiste que me trajiste, así que, ¿qué pasó con ella? ¿dónde está? –apreté los puños.

Nico pareció sorprendido de que reaccionara así. Sus brazos se contrajeron y sus ojeras parecieron profundizarse aún más.

—No llegué a tiempo con ella –dice, afligido- Por eso no está aquí, ella vino sola. Ahora mismo debe estar haciendo la fila para su juicio, eso, si logró convencer a Caronte.

Me tambaleé. No, aquello no podía ser cierto. Hacía apenas un rato estábamos comiendo pastas en casa de los Bossi, y nosotros manteníamos contacto visual y nos sonreíamos mutuamente. Y hacía apenas unos minutos estábamos riendo en el taxi. Me rehusaba a creer que era el fin de todo. No iba a llorar, porque aquello significaba que me rendía y lo aceptaba.

Jamás me rendiré contigo, Alice.

—No, debe haber una manera de revivirla –estaba rogando- Tenemos que hacerlo, más tarde nos preocuparemos por mí.

—Escúchame, Valdez, al traer tu alma aquí abajo, mantengo tu cuerpo en un estado de pausa, y no aguantaré por siempre. Así que en cuánto Annabeth me comunique que encontraron tu cuerpo, te llevaré arriba de nuevo así podrás recuperarte –me explica- El asunto de Alice es totalmente distinto: escondí su cuerpo junto al tuyo, ya que eso nos facilitará las cosas tanto si permanece así o si podemos devolverla a la vida –toma aire- Tenemos tres horas para encontrarla a ella y a Tánatos, ese es el tiempo que tenemos hasta que deba llevarte devuelta.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 21, 2015 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Fix Me {Leo Valdez}Where stories live. Discover now