3. Alice Harries

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<Leo.>

Lo primero que pensé al verla fue que quería filtrear con ella, bueno no, o tal vez sí. Sus ojos eran ¿dorados? No sabía si eran color caramelo o qué, pero decididamente sí tenían aunque sea un destello dorado. Luego me sorprendí al verla resistirse al embrujahabla de Piper, y por tercera vez me había sorprendido cuando elogió mi control con el fuego. “Alucinante” había dicho ella, y consideremos que hacia 10 minutos no sabía la existencia  de los semidioses. Igual esa pelea había sido genial, me había lucido, claramente.

“Sí. Lo único que quiero es escapar”

La comprendí, verdaderamente la entendí. Soy un experto en eso, dado que fui de casa en casa, y cuando el dolor era demasiado grande, huía.

Fuimos a su cuarto, y ella sacó una maleta de debajo de su cama y comenzó a meter ropa, de invierno, verano y varios calzados, también metió un pequeño reproductor de música y varios libros de su biblioteca.

-No sé si necesitaré llevar mi móvil, pero dije que quería alejarme, y eso incluye todo –murmuró dejando su celular en la mesita de noche. Revisó que no le faltara nada y forzó una sonrisa- Ya estoy lista.

Bajamos y ella colocó una nota en la mesa de la sala suspirando.

Ahora nos encontrábamos en un tren, camino a Nueva York, osea al campamento. Alice no había hablado mucho, solo sonreído cuando yo o Piper (principalmente yo, por supuesto) bromeábamos. Aun así, La Reina de Belleza (así le decía a Pipes) y yo habíamos intentado explicarle lo mejor que pudimos el asunto de los dioses y eso. Había sido un día muy largo, y como vi que mi amiga ya se había dormido y Alice todavía veía por la ventanilla, decidí ser amable y romper el hielo:

-Oye, ¿tienes una madre divina o padre divino? –pregunté y se sorprendió, como preguntándose si me había dirigido a ella o no.

-No lo sé. Por lo que me dijeron ustedes, mi madre/padre no debería estar presente, pero yo tengo a mis dos padres… -tragó saliva- A menos que sea adoptada.

-Yo… eh, no sé mucho sobre padres. Lo siento.

- Leo –me miró fijo- Me siento estúpida diciéndote esto, pero…

-¿Sí?

-¿Cómo pueden estar seguro de que soy semidiosa? Digo, soy prácticamente inútil –forzó una sonrisa y yo reí.

-Quirón, el poni director de juegos, o lo que sea, tiene parientes por Miami que te olieron, además la drasenea o lo que sea no hubiese ido a tu casa –me encogí de hombros.

-Es que… wow, no lo sé, debe ser genial eso de tener hermanos y hermanas nuevos, amigos, combatir… -sonrió a un punto fijo en la nada, pero luego se ensombreció.

-¿Qué? –pregunté.

-Nada, no importa –me miró- ¿Y tú qué tal? ¿Con qué Hefesto eh? –sonrió- Fue asombroso eso del fuego que hiciste, eso sí es un poder. ¿Todos en el campamento son así? Porque quedaré como una estúpida si yo no tengo nada de eso, a menos que mañana me despierte con rayos láser o algo –reímos a carcajadas.

-No es por presumir pero soy el líder de mi cabaña, y tengo un búnker, ahí están todos mis proyectos y construcciones… puedes verlo algún día si quieres –agregué.

-Eso sería asombroso –sus ojos brillaban- Osea que tienes talento en la ingeniería, vaya, ojalá hubiese algún dios del baile o algo así.

-¿Por qué? ¿Eres bailarina, stripper o algo así? –ella se sonrojó pero rió de todas maneras- Sólo bromeaba.

Fix Me {Leo Valdez}Where stories live. Discover now