9. Alice resulta ser más asombrosa de lo que creía

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<Leo.>

¿Alice? ¿Hija de Apolo? Diablos, cinco minutos antes de que el dios se apareciera personalmente, yo le había advertido de los hijos de Apolo, gracioso considerando que Will Solace resultó ser su hermano.

Aunque, concordaba con la imagen. Sus ojos color, ¿dorados? ¿ámbar?  ¿ámbar con un destello  dorado? Sí, digámoslo así. Su largo cabello color ¿castaño claro casi rubio? Bah, eso no era un color, ¿caramelo? Sí.

¿Por qué no se podía describir a Alice? Claro, acababa de hacerlo, pero me da la sensación de que debes mirarla mucho tiempo para saber cómo era. La primera vez que la vi pensé que sus ojos eran dorados, y su cabello solo castaño claro. No.

Estaba mal, sus ojos eran ámbar, y su cabello caramelo. Sí.

Me intrigaba demasiado saber el motivo de porqué Apolo había venido a reconocerla personalmente.

Cuando estaba llegando al comedor, pude divisarla en la mesa de Apolo, hablando sin pausas con sus hermanos.

¿Cómo es qué se habían vuelto tan unidos?

Cálmate Leo. Son sus hermanos, no dejará de hablar contigo sólo por eso.

Diablos, tengo que dejar de hablar conmigo mismo.

Sin embargo, mientras desayunábamos, no pude evitar observarla en algunos momentos.

Me la pasé todo el día en el búnker 9, haciendo reparaciones y mejoras para el Argo II, y también un pequeño proyecto que tenía en mente. Cuando me di cuenta, ya estaba cayendo alba, resoplé seguí estudiando los planos y manuscritos de Arquímedes, vaya, este anciano de verdad que era un genio.

Pude seguir así horas y horas, cuando escuché que tocaban la puerta.

Me rasqué la cabeza extrañado, que raro, casi nunca recibía visitas. Sacudí el polvo de mis pantalones, y me levanté dispuesto a abrir la puerta.

-¿Alice? –pregunté sorprendido, ella sonrió.

-La misma. ¿Puedo pasar?

-Claro que sí, después de todo, esto será lo que tendrás que limpiar –me eché a reír, y me corrí a un costado extendiendo mi brazo hacia el interior- Aquí es donde sucede la magia. Bienvenida al mundo de Leo.

Ella pasó, y se quedó asombrada, luego esbozó una mueca, y finalmente me miró frunciendo el ceño.

-Esto es asombroso, Leo. Tienes un gran talento, me alegra que no lo desperdicies –sonrió- Aun así, me deprime ver que viviré como una esclava –me miró con ojos de cachorro- A menos que hayas cambiado de opinión.

-Ni en un millón de años, Al –me eché a reír.

-Bueno –resopló- Por lo menos podrías ayudarme, ¿no?

-Supongo –me encogí de hombros- ¿Y qué haces aquí? ¿Cómo encontraste mi taller?

-Tenía que contarte lo que pasó ayer en la noche con… mi padre. Además todo lo que ocurrió hoy con los demás hijos de Apolo. Y oh, ¡estuve entrenando todo el día! –suspiró, aunque con alegría- No te imaginarás como me fue en el arco, Will quedó sorprendido –sonrió con autosuficiencia- Mañana comenzaré con el combate cuerpo a cuerpo, ¿sabes? Algún día podríamos pelear y apostar algo, ¿no crees? –se sentó en un banco vació que estaba cerca de los pergaminos y manuscritos.- Y respecto a como lo encontré, le pedí a Piper que me dijera donde estaba.

Fix Me {Leo Valdez}Where stories live. Discover now