capítulo dos

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Verme al espejo era una tortura. Rose terminó mi viernes diciéndome que lo ideal era que le entregara la carpeta lo antes posible y, siempre mi ansiedad carcomiéndome; llevo cuatro días con pocas horas de sueño y saltándome comidas. Mis ojeras eran notables pero iba bien y estaba satisfecha con lo que logré. Hoy entregaría mi proyecto, donde tuve que investigar de esta famosa celebridad, me di cuenta que él tenía un concepto parecido en uno de sus videos y me volví loca con la idea de que se llevara a cabo, con Harry y con nadie más. Si Marcel no aceptaba mi idea, pediría que me la devolviera de alguna forma.

Observé una vez más mi figura en el reflejo, mis pechos pequeños hacían que mi estómago se viera más grande de lo que realmente es y mis caderas anchas no acompañaba mucho. Necesitaba volver a hacer ejercicio una vez que me organizara mejor con el tiempo. El portafolio me dejó con varias tareas que hacer esta semana, este martes me tocaba ir a terreno y tuve que ceder aquello para terminar.

Rose agradeció la carpeta una vez que le echó el ojo, me dio todas las ilusiones que se podían y sinceramente era inevitable no emocionarme, y es que ver los trabajos de otras revistas con el artista me dejaron atrapada. Necesito que, algún día él quiera ser mi modelo y lo iba a lograr. Tener un puesto en Vogue me llevaría hasta allí por más que tuviera que matarme la espalda trabajando, editando.

Kristine tampoco ayudaba mucho, al mostrarle el portafolio igual me subió las ilusiones. No me gustaba tanto que me alagaran porque si no pasaba el golpe sería el doble de duro. Prefería mantener el bajo perfil ante mis proyectos pero ella simplemente me lo quitó de mis manos y se puso a ojear hasta pegar el grito en el cielo.

Terminé el trabajo en la oficina temprano, por lo que a la hora de almuerzo estaba devuelta a mi piso en Pacific Palisades, donde aparte de deleitarme con la comida recién preparada, me di un baño de cerca de una hora con una copa de vino mientras deslizaba mi dedo en el móvil buscando inspiración o simplemente ver el trabajo de otros fotógrafos a los cuales admiraba. El agua se volvió fría cuando me di cuenta que mis dedos estaban como pasas. Envolví mi cuerpo en una toalla y como rutina después de la ducha, me volví a ver en el espejo. No me gustaba lo que veía pero no por eso me iba a descuidar. Apliqué crema por todo mi cuerpo, puse mi ropa interior y elegí un pantalón en corte flared a la cintura color crema y una blusa blanca junto a mis zapatillas planas negras.

Intenté comunicarme con Conan para conversar pero luego de un rato dejé de insistir, iría a Malibú a ver a Aada, que hoy debería estar en casa si es que mi memoria no fallaba. Me pareció una buena idea un paseo por la playa luego del cansancio que me dejó la entrega del portafolio.

Busqué mis llaves, eché la tablet a mi bolso junto a una chaqueta y mis audífonos, me aseguré de que no me olvidaba de la tarjeta de transporte y algo de dinero en caso de emergencia. Según la aplicación el bus saldría en quince minutos, por lo que me apresuré a llegar al paradero que estaba a la vuelta de mi casa. Cuando subí me di cuenta que no llevaba nada de comer conmigo, algo estaba pasándome que no pensaba bien lo que debía hacer.

El bus me dejó a unas cinco cuadras de la casa de mi mejor amiga, el trayecto no me dejaba más cerca que eso. Tomé rumbo caminando, con mis audífonos puesto y la música en aleatorio, Queen sonaba despacio en mis oídos y la brisa comenzaba a golpear mi cara, el olor salado del mar. Yo vivo cerca de Santa Mónica, y en realidad Los Ángeles en general está lleno de playa por lo que estaba acostumbrada al clima veraniego de la costa.

Toqué el timbre de la casa de Aada cuando estuve al frente, esta zona residencial es maravillosa y agradezco que sus padres hayan decidido vivir aquí porque es uno de mis pasatiempos favoritos sentarme y conversar con las olas rompiéndose de fondo, algunas veces con una cerveza en la mano o un picnic un pocos más alejados para que no se llenara de arena.

Alive H.S. ©Where stories live. Discover now