capítulo cincuenta y seis

74 3 0
                                    


Kayleah

Me incomodaba el velo que cubría mis pechos y mi espalda, tenía una forma extraña pero era tan cual como lo quería. Me equivoqué de talla porque pensé que la panza y los pechos no me crecerían tan rápido, incluso, cuando me lo probé hace dos días estaba perfecto pero justo ahora, que iba a hacer una sesión de fotos más significativa a Darcy, se le ocurría crecer. 

—Te ves divina —Simon se puso detrás mío y besó mi mejilla; él sería mi fotógrafo asignado para esta importante tarea.

—Me queda pequeño —lloriqueé—, esperé tanto a hacer esto y terminó siendo diminuto para mí.

—Lo voy a repetir; te ves divina —me sonrojé—. Ahora posa como lo hacíamos en la universidad, una diosa.

Sentí un escalofrío recorrer por mi espalda, volver a hacer algo como esto era un desafío. Si bien he estado todos estos meses documentando el embarazo, esta parte significaba demasiado para mí porque me mostraría de una forma distinta, que pocas veces he mostrado. No era yo a quién le modelaban, esta vez me tocaba ser la modelo principal. 

Mi cabello estaba mojado y peinado hacia atrás, el velo se posaba encima sin ningún soporte, mis pechos solo eran cubiertos hasta el pezón con un sujetador con detalles de encaje. Debajo solo iba un calzón blanco y puse una crema con destellos en mis piernas. 

Este no era mi trabajo más original pero me parecía tierno mantener este recuerdo y mi amigo rubio se mostró más que complacido en ayudarme a que esto funcionara.

Me daba vergüenza posar, si bien ayudé múltiples veces a las modelos que fotografiaba, nada venía a mi cuando se trataba de ponerme frente a una cámara. 

Lo diferente de esta sesión a otras típicas de embarazadas, es que he puesto un fondo que cambia según el ángulo de la cámara. Esto fue mi última adquisición pero lo estuve viendo por mucho tiempo en internet, además que me habían hecho el depósito del último lanzamiento de la revista y poseía una parte para seguir invirtiendo en mi trabajo. 

Ya había enviado la reimpresión del volumen de Harry pero no iba a anunciarlo hasta el mismo día que pueda venderla para que sea sorpresa, espero que salga como lo planeado porque si no logro vender esas copias, se atrasaría el próximo volumen. Es para mí un sacrificio volver a repetirla pero estoy dispuesta debido al buen recibimiento. 

— ¿Estás lista? —Me preguntó dándose vuelta y mirando lo que hacía.

—Creo —me encogí de hombros y cerré los ojos, de seguro iba a usar un poco de música en un rato porque me sentía tensa y eso dificultaba el proceso .

Ibamos bien hasta que el móvil me interrumpió, lo peor era que estaba en la habitación y como la sala principal del departamento era mi estudio por el momento, tenía que mover unas cuantas cosas para alcanzarla. Más aún que ahora no entraba en espacios pequeños por mi bulto creciente, por suerte Simon se ofreció a ir por él y era nada menos que Harry; mi amigo le contestó sin mi consentimiento pero no era problema para mí. 

Me dio vergüenza verme, mis mejillas más hinchadas de lo normal y el maquillaje –si es que no era mi propio sonrojo– estaban de un color rosa pálido. El oji-verde no decía nada ni yo tampoco, no sabía para qué me llamaba y me daba algo preguntar, ya que se lo podría tomar mal.

—Te ves preciosa —me mordí el labio, esas mariposas de amor aparecieron revoloteando en mi estómago.

—Gracias —susurré y quise taparme la cara pero era imposible si tenía el móvil en las manos.

Alive H.S. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora