capítulo treinta y siete

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A pesar de que esa noche efectivamente Harry me perdonó, parecía que nuestra relación se iba deteriorando. Por lo menos aún me constaba cosas importantes como que la vez que fuimos a Palm Springs no eran más que tomas de muestra para Olivia y que las grabaciones empezarían al final de este año, que Golden se estrenaría mañana y que después de eso vendrían muchas más noticias. 

Hoy era el día de tener mi primer boceto de la revista en mano e ir a buscarlo sola me parecía triste, terminé pidiéndole a Aada que me acompañara porque Harry estaba ocupado con los ensayos, yo tampoco le había dicho para qué lo quería. 

Al entrar a la imprenta me temblaron las manos y quise soltar una chillido de la anticipación, mi amiga me confortaba poniendo su mano en mi hombro. Esperamos sentadas en los sofás de la recepción y mi pie no dejaba de moverse haciendo un molesto ruido, yo ya estaba acostumbrada pero la pelirroja no dejaba de repetirme que parara.

— ¿Kayleah Toller? —Me llamó por fin el mismo chico que me atendió la semana pasada, me entregó un sobre grande—. Puedes revisarlo aquí o llevártelo y luego avisarme si necesita alguna modificación, el correo es el mismo a donde nos escribiste.

—Gracias, lo abriré aquí y si falta algo escribiré porque voy a necesitar tiempo para mirarla detalladamente —le respondí y el desapareció por la puerta. 

Me giré a ver a Aada y pegué un saltito sin hacer ruido, era un lugar bastante silencioso, ni siquiera se escuchaban las máquinas trabajar detrás. Me senté a su lado, tomé una bocanada grande aire y abrí el sobre sin romperlo. 

—Que nervios —dijo ella ayudándome en nada—. ¡Apúrate! 

No sabía si quería verla porque era un trabajo importante para mí ¿y si me decepcionaba? Sé que se puede arreglar lo que no me guste pero, no sé, mis pensamientos están demasiado alborotados. 

La saqué y venía envuelta en un papel delgado de color blanco casi transparente, la portada se veía con esa envoltura. Este no era el tomo de Harry porque para trabajar con eso debo estar segura que de que irá a publicarse porque los rumores corren rápido y por nada en el mundo expondría mi trabajo por cosas que se hablan; no tengo el dinero suficiente para un contrato de confidencialidad y no puedo obligar a nadie que guarde lo que aquel tomo dice. 

Simon se veía natural, como siempre. 

Sentía la presión de mi amiga a que se la mostrara, sin embargo, al desenvolver el resto del papel me quedé pegada con los ojos llenándose de lágrimas. Se veía muy bonita así como estaba, más tarde le encontraría las imperfecciones, ahora solo deseaba disfrutarla.

La abrí leyendo mis propias palabras; no poseía una gran cantidad de páginas, eran las suficientes para expresar lo que quería transmitir. La calidad de las fotografías era justo lo que busca mientras que al resto no le presté la atención necesaria.

—Es hermosa —dije mirando a la pelirroja—. Mírala —se la tendí aunque no quería dejarla ir.

—A Simon siempre lo haces ver tan artístico —tocaba la portada como si estuviera alucinando—. Tan talentosa, KayKay.

Me mordí el dedo mientras indagaba por el interior; ella si se puso a leer mis palabras página por página sin decir nada. Los cueros estaban ya empezándome a doler cuando la cerro y vio el pequeño párrafo de atrás. 

—Estoy tan orgullosa de ti, amiga —la dejó bien resguardada en el respaldo del sofá y me abrazó—. Es hermosa, te veo reflejada en ella.

—Gracias —murmuré aguantándome las lágrimas de felicidad una vez más—. Tengo que mostrársela a Simon cuando venga, apenas y le he dicho que la mandaría a impresión, quedará anonadado all ver que es él el que aparece en la portada.

Alive H.S. ©Onde histórias criam vida. Descubra agora