capítulo veintidós

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No sé cómo es que no dura ni un par de días sin que le crezca el vello facial, y aunque ya no es ese bigote de viejito, tiene marcado los puntos en toda la zona de la barbilla. 

Hoy grabará para Gucci un especial en línea donde no actuará más de tres minutos y por fin podré escucharlo hablar italiano de forma apropiada, porque en otras ocasiones solo se pone a exagerar el acento. Me da risa por el simple hecho de que habla frente a miles de personas en sus conciertos y conmigo, que solo soy yo, le da vergüenza y termina ocultando su rostro entre sus manos. 

Ha conseguido meterme en el set por su conexión con Alessandro, el cual, obviamente me hará firmar otros contratos de confidencialidad pero seré feliz volviendo a fotografiar la moda, sobre todo para tal importante marca. El contenido que cree hoy no me pertenecerá en lo absoluto, si los representantes de Gucci deciden eliminarlo, tendrán todo el derecho de hacerlo. Por lo que Harry me dijo, tengo el permiso para utilizar mi cámara, editar las imágenes y dependiendo de Alessandro, quizá entregarles un portafolio –porque sí, estaré bajo el ojo de aquel personaje durante el día. 

El castaño lleva unos pantalones deportivos y un canguro con esa gorra azul que tanto usa, debe estar más sucia pero no logro convencerlo de que la eche a la lavadora. En el set le entregarán otras prendas y veré cómo lo maquillan levemente para que el lente de las cámaras obtengan una piel prolija. Me gusta que disfrute ese proceso de cambio de vestuario y retoques, se nota que cuando está con la o él maquillador(a) se relaja, cierra sus ojos y deja que ellos hagan su trabajo. 

—Que guapa estás —besó mi mejilla, ambos en frente al espejo, algo que se estaba haciendo común, no siento tanto asco cuando ando vestida de esta manera y con mi rostro maquillado—. Alessandro no dejará de insistir que aparezcas en alguna toma, pareces una modelo de alta costura.

—Jamás seré una modelo —murmuré, ni me asemejo a esos hermosos rostros y cuerpos, nací para estar detrás de cámaras y ahí me quedaré—. Pero tú si, tienes la estatura y estás que ardes aunque te pongas un trapo en la cabeza.

—Vaya, que alago —llevó su mano a su pecho riendo—. De todas formas, seríamos una bomba del modelaje si nos dedicáramos a eso.

—Tú lo serías —rodé mis ojos y me puse frente a él rodeando su cuello, donde llevo zapatos de plataforma no debo hacer mucho esfuerzo para alcanzar sus labios—. ¿Noche de mascarillas? —Sugerí.

—Y de películas con vino —jugueteó con sus cejar, no pensé que le gustara tanto esa bebida, desde que estamos en Italia al menos hemos vaciado unas seis botellas.

Un coche vino por nosotros, nos estábamos quedando en Milán. Después de la grabación tomaríamos un vuelo directo a Londres, nuestro tiempo juntos estaba a nada de caducar e intentado no pensarlo pero temo haberme aferrado tanto a ese chico de ojos esmeralda que sola puedo llegar a recaer, él ha sido gran parte de mi motivación a comer porque me vigila en, al menos, las tres comidas esenciales del día aunque el resto de horas solo me llene de agua. 

Conozco mis actos, mi mente me va a atormentar una vez sola pero tengo que aprender a valerme por mí misma. Antes tenía a Aada, sin embargo, ella está haciendo su vida con su trabajo y esta persona con la que se están conociendo. Creo que visitaré a mi padre para distraerme y buscaré algunos trabajos con honorarios mientras trato de ordenar mi próximo gran proyecto, por el cual llevo días pensándolo y decidiéndome cuándo y cómo lo llevaré a cabo. No se lo he dicho a nadie aún porque no tengo nada planeado. 

Harry entrelazó nuestros dedos a pesar de que el chofer es un completo desconocido. Alessandro había enviado el coche, por lo que al llegar no tuvimos que pagar nada. Me llevó con el director creativo, quien a pesar de haberme visto una vez con anterioridad, me recibió con un fuerte abrazo y mientras el castaño se iba a preparar para su toma, me llevó dentro de una pequeña oficina con los papeles que debería firmar.

Alive H.S. ©जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें