capítulo cincuenta y siete

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Harry

No estar presente durante el embarazo de Kayleah me está aumentando a mil la ansiedad, sobre todo luego de que me enviara aquellas fotos que Simon le tomó, donde no dejaba de relucir y verse feliz. Ahí me di cuenta de que cualquier sentimiento que pensé olvidado estaba latente y no daba para más con lo que estaba teniendo con Olivia; si bien ella es una mujer talentosa que tenía una visión clara de la vida, nos encontrábamos en distintas etapas pero no quise terminar con ella de inmediato por el simple hecho de que pasaba por un proceso difícil donde tenían que ver la custodia de los hijos, llevarlos a terapia correspondiente para que supieran sobrellevar el divorcio entre otras cosas que daban vuelta en lo mismo. 

Mi madre insistía en que debía de hacerlo rápido si quería recuperar a la madre de mi hija, que podía perderla y no ayudaba en nada, mientras que Gemma, invadiendo mi espacio personal me recordaba lo estúpido que fui al dejarla en un momento tan crucial en su vida hasta que lograron que llegara finalmente el día donde enfrentaría uno de los pesos que cargaba encima; esta relación tan extraña que tuve con la mujer mayor llegaba a su fin, y no me daba miedo, solo esperaba que para ella y su familia todo saliera bien después de esto. Sería sincero, tanto que incluso le contaría que sigo enamorado de una chica que está en otro continente.

Después de otro día de rodaje me dirigí a casa, ahí se estaba quedando la oji-verde por mientras que encontraba algo y tampoco la echaría luego de hacer lo que debía, no me gustaban los malos términos del fin de relaciones amorosas y si podía seguir ayudándola, lo haría. 

Manejar en las calles de Londres se sentía diferente a Los Ángeles, el clima aquí siempre me daba una gota de nostalgia mientras que en California el sol abundaba y me llenaba de alegría, por eso pasaba tanto tiempo allí y aceptaba trabajos a largo plazo, sin embargo, Inglaterra es mi hogar, nunca lo reemplazaría. Ambos tienen su belleza e intento disfrutarlas cuando no tengo que estar viajando de ciudad en ciudad, como desearía poder tomarme unas vacaciones ahora, subir a un avión y estar estas últimas tres semanas con la oji-azul de cabellos castaños mientras su panza sigue creciendo, sentir los movimientos de la bebé y poder correr si es que me necesitan. Nunca pensé tener una familia tan pronto, pero si todo salía como pensaba, seríamos tres y daríamos lo mejor de nosotros, juntos, para que Darcy creciera en el mejor ambiente, enseñarle a valorar la vida y que haga lo que quiera mientras sea feliz –obviamente poniendo aquellos límites por su propio bien.

Estacioné el coche y antes de bajarme le envié un mensaje a mi hermana que respondió de inmediato deseándome suerte. Era una cabrona, pero no cualquiera, sino, de esas que terminaban por simpatizar contigo en vez de seguir molestando, aunque conmigo era la excepción. 

Olía delicioso, y es que Olivia cocinaba de maravillas; desde que llegó aquí ha estado esperándome con la cena cada día.

—Bienvenido, cariño —escuché desde la cocina—. Está la mesa lista, siéntate y espérame allí.

Le hice caso solo porque quería aplazar lo inevitable, revisé el móvil y cuando estuvo frente mío dejando el plata algo se me revolvió el estómago, no quería dejarla así porque a pesar de que le dijera que se quedara y que no habría ningún problema con que siguiera aquí, algo me decía que lo primero que haría sería irse. Quizá esperaría hasta mañana para empacar sus cosas pero ¿dónde iría? No permitiría que estuviera pagando un hotel por quizá cuántas noches mientras encuentra un lugar en el que quedarse.

Suspiré y comencé a cenar, no sin antes haberle preguntado cómo estuvo su día y me dijo que fue a ver a sus hijos y que al parecer su ex marido volvería a Los Ángeles.

—Y yo volveré con todos ellos —pausó para comer—. Me han ofrecido este papel para una serie que me interesó, creo que quedaré si voy a la audición, además así estoy cerca de los chicos mientras resolvimos nuestros problemas.

Alive H.S. ©Where stories live. Discover now