epílogo

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Estábamos vueltos locos; Darcy lloraba en mis brazos rogando a que le alimente, Harry no dejaba de moverse mientras veía su móvil y revisaba que lo escrito estuviera bien, Aada no dejaba de enviarme mensajes preguntándome si estaba lista pero tuve que dejar todo eso de lado para hacerme cargo de mi bebé. Ella requería de toda la atención antes de pulsar el botón de publicar y que la página web se habilitara para la venta del tomo más importante de la revista. 

Literal sería un libro abierto desde el momento que la primera persona reciba su revista, temía también que solo la compraran por la imagen del final, donde Harry, Darcy y yo salíamos anunciando que era padre. Una foto similar, de las que tomamos ese mismo día, sería la que el oji-verde publicaría en sus redes sociales y nos iríamos de paseo donde Anne –que aunque no había pasado ni semana y media desde que llegamos, insistía que era un buen momento para ver a su nieta. La decisión de ir Holmes Chapel fue más que nada para que la familia conociera a nuestra hija, además de aislarnos e ignorar cualquier tipo de comentario agresivo que pueda llegar a circular en los diferentes medios. Hemos planeado ya muchas cosas, en una de esas, que apenas se acabara el nuevo inventario, mis amigos nos vendrían a visitar.

Esperaba que esto fuera igual de bien como en los meses anteriores, y si pasa esto, no volveré a sacar más stock como lo hice con el primer volumen porque quería que fuera más íntimo. No me veía haciéndome conocida por mi problema, solo deseaba que apreciaran mi trabajo y lo muy duro que fue el proceso para llegar a tal arte donde cuento mi historia.

— ¿Lista? —Fue él quien se sentó a mi lado, dejando su móvil en el apoya brazos y mi computadora en sus piernas con la página. 

Asentí con mi cabeza y vimos el reloj desde una pestaña de Google, quedaba menos de medio minuto y Dacy me miraba expectante mientras mi estómago daba retorcijones por la anticipación.

—Tres, dos, uno —dijimos los dos en un susurro y Harry dio el paso.

—Ahora me toca a mi —presiono sus labios sintiendo lo mismo que yo—. Voy a desactivar los comentarios y luego mi internet para no ponerme a ver lo que escriben.

—Es lo mejor para ambos —le sonreí.

Antes de hacerlo, leyó por última vez lo escrito y la foto apareció en su perfil. Mi pequeña Darcy apenas se veía, no queríamos que descubrieran su rostro tan pronto pero ya sabiendo que era hija de un famoso, peligraba que en cualquier momento nos vieran y decidieran invadir la privacidad de la pequeña.

"Para tí, que llegaste a cambiarlo todo..." Había descrito en la primera página al abrir la revista.

"Fueron meses duros pero cuando decidí que vendrías conmigo al mundo, empezaron a iluminarse mis días". Describía la primera fotografía, de mí, luego de que el ginecólogo me dijera que no lo había logrado. Pensar en el aborto ahora era desquiciado ¿qué hubiese cruzado mi cabeza si eso hubiese funcionado? Quizá seguiría en el centro y me hubiese vuelto loca, nadie sabía realmente.

"Tenía muchísimo miedo con mi aumento de peso pero recibí ayuda, porque está bien aceptar una mano de vez en cuando"

"Mis huesos comenzaron a hacerse más fuertes, a mi mente le costó pero lo logró, mi rostro volvía a ser el de antes. Me veía bonita, el espejo dejaba de dar miedo". 

"No era un juego, al principio parecía que sí, como si no me fuera a afectar pero me di cuenta, y quizá fue un poco tarde". Con eso me refería a que había perdido a Harry por darle el peso de mi enfermedad, era algo que tenía escrito en el diario que me regaló, bastante antiguo. En la imagen se mostraba mi cuerpo, también antiguas, cuando me encontraba gorda y no era más que piel adherida a mis huesos.

Alive H.S. ©Where stories live. Discover now