Capítulo 26: Jugando con fuego

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Schiltach, Alemania
25 de Septiembre del 2021
09: 30 am

Rowan Rohde

Las escondidas, un juego en donde tenéis que huir para poder ganar, buscar refugio el cual te pueda camuflar. Nadie sabe cómo ni tampoco las razones que llevaron a la desaparición de Erik Friedrich, al parecer no fue raptado, el mismo decidió abandonar su hogar, solo nosotros conocemos la verdad. Tres días han pasado, una madre afligida por no tener pistas o indicios sobre su hijo perdido, un hermanastro cuyo rostro refleja semblante de preocupación ocasionando que los demás piensen que siente temor por la situación familiar sin embargo es todo lo contrario, el motivo para estar así se debe a que si no encuentra el diario de Theresa Thompson todos pereceremos o bueno gran parte de nuestro grupo se perjudicará. Cada segundo que pasa es jodidamente estresante, se nos acaba el tiempo y la probabilidad de salir impunes se va desvaneciendo, pronto nuestros secretos prohibidos saldrán a la luz, los monstruos ya no caminaremos de noche, perderemos libertad de matar y seguramente terminaremos como las brujas de Salem: quemados y atados en la rama de un putrefacto árbol, una muerte bastante alucinante pero poco elegante.

Somos lobos persiguiendo a un maldito cordero, el que lo capture primero podrá despedazarlo sin arrepentimiento, al y fin al cabo el bosque no es un lugar seguro para ocultarse, bestias salvajes merodean buscando aniquilar almas inocentes. Hemos estado vigilando cada punto específico del pueblo, Damian Deutsch ha utilizado las cámaras gracias al cargo de su padre quien no dudó en colaborar creyendo que su hijo realmente lo hacía de buena Fe. Diferentes caminos, variabilidad de rutas de escape, miles de destinos y una sola opción para encontrarlo. Estamos esperando que el chico contacte a nuestra presa, después de todo sabemos sus intenciones y creemos que su plan para exponernos gira en torno a ella, necesita ayudarla a descubrir la verdad, mostrarle la realidad para convertirse en su noble salvador.

La ansiedad e inestabilidad no nos dejan dormir ni descansar. Nos vemos fatal, con ojeras anormales, pálidos sin ningún rostro de color ni rubor, débiles hasta el punto que no podemos respirar con tranquilidad, una apariencia bastante perturbadora ocasionando que los murmullos de los pasillos repitan la palabra vampiros con profundo eco. No sé si estamos muertos en vida o somos vivos caminando sobre la muerte, ni siquiera me dan ganas de follar, tampoco he hecho comentarios repulsivos y las bromas se han extinguido, nunca pensé en experimentar dicha sensación de desconcierto, el peón se ha revelado contra el rey, el jaque mate está cerca.

Novak Niemman ahora es mudo, perdió todo rastro de comedia, al principio fue el más optimista sin embargo con el pasar de las horas su alma se oscureció, su corazón dejó de latir y la sonrisa se desfiguró en el rostro del novato demonio. Gael Gottsched parece tranquilo, no muestra señal de aborrecimiento, tiene poco interés por la situación, no le importa el hecho de ir a la cárcel por siglos o peor aún que le ordenen pena de muerte pues sabe que está condenado desde hace muchos años atrás. Azriel Aller se ha enloquecido, imprimió volantes con el rostro de Erik Friedrich y comenzó a orar suplicando a las entidades celestiales que trajeran sano al chico fugitivo, la gente de la iglesia aplaudió con emoción  dicha acción, alabaron su cristianismo y devoción, un demonio jugando a ser ángel. Luego esta Edmon Eichmann quien llora en silencio cada segundo, a pesar de que le hemos explicado que no lo juzgamos, él sigue presionándose y asumiendo la responsabilidad del caos que estamos viviendo, si continúa así temo que veremos pronto un suicidio infernal. Por otra parte Damian Deutsch no ha cambiado su forma de ser, permanece con su porte de seriedad manteniendo la cortesía, sonríe como si todo estuviese bajo control, aparentar para no alarmar, ojalá fuese tan fácil ser de esa manera, controlar las emociones y los miedos con naturalidad. Finalmente mi posición es complicada, me he vuelto bastante bipolar, a veces estoy de buen humor haciendo chistes sobre lo irónico que sería un pelirrojo con uniforme naranja, realmente me vería mal bajo rejas sin embargo sé que es un precio económico el cual deberé pagar pues nada se compara con haber decapitado a tantas mujeres a diestra y siniestra sin sentir algún tipo de culpabilidad.

MI SANGRE EN SUS MANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora