Capítulo 8: La creación de los cinco demonios

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Schiltach, Alemania
06 de junio del 2009
4: 45 pm

Damian Deutsch

Las criaturas más poderosas son aquellas que sobreviven y se adaptan a las diferentes adversidades, a eso se le llama selección natural. Si algo tiene claro en la vida es que para triunfar debe acabar con todos los obstáculos que se le atravesarán, cueste lo que cueste erradicará de la tierra las almas que le estorbarán. A tan corta edad ya demostraba sus capacidades mentales y físicas, será un excelente líder porque él no nació para obedecer sino para gobernar como un maldito rey.

Los débiles siempre caerán, son los primeros que sufrirán los golpes del mundo terrenal. Desactivó toda muestra de afecto y sentimiento que pudiese tener en su interior. Aunque externamente se viera como un niño, sus pensamientos eran los de un hombre controlador, dominador y cautivador. Siempre supo exactamente cómo mover las fichas a su favor, si necesitaba algo simplemente con el chasquido de sus dedos lo conseguía. Nació en alta cuna, único heredero de toda la fortuna Deutsch. Pobre de aquel que intentará persuadirlo o peor aún ignorarlo porque aquel crío que parece inofensivo, dentro de él un monstruo se oculta añorando el momento adecuado para ser liberado.

Cara de ángel, mente de demonio

Lo tiene todo pero aún así algo le falta en su perfecta vida. Su madre al verlo tan solitario decidió regalarle una mascota para que le hiciese compañía en esas noches frías. Un día llegó con un gato callejero pues lo adquirió de un refugio bastante deteriorado. Cuando se lo enseño a su hijo esperaba otro tipo de emoción, tal vez una pizca de diversión o de agradecimiento pero en realidad este sólo mostró desprecio hacia aquel animal tan repulsivo y ofensivo. Él debe tener lo mejor de lo mejor, no una mierda que provenga de la calle. A regañadientes lo tomó entre sus brazos y le prometió a su madre que lo cuidaría como si fuese su más preciado tesoro. La mujer sin duda sonrió ante las palabras de su hijo, creyendo fielmente que este mantendría sano y salvo aquel ser vivo vulnerable. Lamentablemente la paciencia de Damian Deutsch estaba llegando a su final, pronto terminará con lo que tanto odiaba y así descansaría de los maullidos de ese asqueroso e inoportuno felino.

Una tarde del sexto mes del año los cinco chicos jugaban a las escondidas mientras su amigo malhumorado intentaba encontrar una solución para su desesperación. Necesitaba deshacerse del animal a como de lugar pero no podía dejarlo tirado por ahí porque él no quería que fuera libre sino que deseaba arrebatarle la vida. Fue la primera vez en la que Damian Deutsch demostró sus ganas de asesinar, estaba cansado de tener que soportar aquella asquerosa abominación. Debía realizar una buena coartada para no levantar sospechas, construir el escenario perfecto para que el incidente pasará desapercibido y convencer a las personas de que era un solo inofensivo niño afligido por la muerte de su preciada mascota. Con tan solo seis años de edad, había desarrollado el crimen perfecto. Él ya era un demonio, jamás tuvo en su corazón amor o cualquier otra muestra de afecto hacia alguien. Fingía tan bien que las personas creían ciegamente en la inocencia falsa que destilaba. Era hora de convertir a sus amigos, ellos debían perder todo acto de humanidad para poder crecer en las fuerzas del mal.

—Dam ¿Te sucede algo?—pregunta nervioso Rowan Rohde—¿Por qué no juegas con nosotros?

—Me queda un chocolate ¿Lo quieres?—cuestiona deprimido Azriel Aller pues era el último que tenía.

—No tranquilo solo estoy un poco deprimido—contesta melancólicamente Damian Deutsch mientras de sus ojos brotan varias lágrimas—Seguid en vuestros asuntos, lamento haberlos preocupado.

MI SANGRE EN SUS MANOSWhere stories live. Discover now