Capítulo 23: El llanto del ángel

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Schiltach, Alemania
20 de Septiembre del 2021
12:30 am

Miykal Lawler

Recuerdos enterrados, sepultados y que nunca podrán ser olvidados. Un dolor desata miles de tormentos, queremos huir de aquellas sensaciones que nos ahogan, correr para no caer y al final somos nosotros mismos los que decidimos quemarnos al traer de vuelta el pasado. Siempre había creído a lo largo de estos agitados años que las lágrimas no deberían tener ningún tipo de sabor, es decir ellas están constituidas principalmente por agua así que lo lógico sería que carecieran de tener cualquier sustancia reconocible ante nuestro paladar sin embargo cada vez que se infiltran dentro de mis labios, lo salado comienzo a saborear y es ahí donde entiendo que a pesar de todo, la vida siempre tendrá un lado amargo con el cual tenemos que aprender a convivir.

La piel de mi mejilla está caliente, hirviendo como si alguien hubiese puesto la llama del encendedor directamente en esa zona vulnerable. Me imagino que debe estar teñida de un rojo bastante notorio, solo espero que no tenga repercusiones y pueda camuflarlo con facilidad. El golpe aunque no fue la mejor manera facilitó el trabajo de las neuronas pues ahora sé que no es la primera vez que recibo esta muestra de afecto por parte de mi progenitor, no hay un padre perfecto, nunca lo hubo, la única solución es esconder el alcohol así el monstruo que habita en su interior volverá a la hibernación y de esta manera Dominic Lawler podrá volver a tomar el papel del detective destacado, un hombre de familia y el ser correcto para considerarlo como un buen ejemplo a seguir. No quiero menospreciar a los diversos grupos anónimos que se encargan de reincorporar a la sociedad esta clase de sujetos, solo me hubiese gustado que realmente verificarán el proceso con cuidado, el hecho de que una persona no beba gota alguna de tan maldita sustancia por un tiempo no significa que esta sanamente reparada, algunos fingen tan bien que solo se necesita un empujón para que recaigan sin ningún tipo de complicación. Al mostrar la fotografía hice que su sistema se revolviera, no sé el motivo pero algo oculta y debo descubrirlo antes de que sea demasiado tarde.

Ojalá tuviese más información, desearía que mi memoria volviera y con ella pudiese obtener ideas de cómo fue la relación de ellos cuando era una cría. Algunos pensarían que la culpable de todo esto soy yo pero acaso ¿No tengo derecho de saber la verdad? ¿Por qué ignorar el hecho de que este lugar no ha sido por casualidad? No importa cuantos golpes tenga que recibir, rendirme simplemente es una acción que pienso evitar con discreción. La camioneta se detiene y con ello nosotros también, la noche fría se evidencia al ver las ventanas totalmente empañadas por la neblina que lentamente ha ido cubriéndolas. Los únicos sonidos que interrumpen el silencio son nuestras respiraciones y latidos evidenciando que aún no hemos muerto, bueno al menos no por completo. Tengo un cuerpo, un corazón pero me falta lo más importante ¿Qué es el ser humano si no puede evocar sus recuerdos? Es como si fuera un recién nacido que estuviese aprendiendo otra vez a caminar, esperando que el día de mañana sea mejor e implorando porque la enfermedad pronto llegue a su final.

No sé si alguna vez les ha sucedido que a pesar de intentar reprimir las ganas de llorar, terminamos ocasionando el efecto contrario, inclusive en mayor cantidad. Es como exigirle al hielo que no se descongele, decirle al paciente con cáncer terminal que esté bien aún sabiendo que su pronóstico le confirma los pocos días de vida que le quedan o peor aún dar el pésame cuando realmente no sentimos la pérdida, es cruel que expresémos algo que no tenemos y lo más doloroso no es el acto de hipocresía sino descubrir que no nos importa fingir con tal de cumplir con las expectativas de los demás. Conozco a muchas almas que están llenas de empatía, los bastardos son los humildes, algunos se burlan de ellos porque representan la escoria y la vergüenza de susodicha sociedad pero a la hora de la guerra acuden a estos nominándoles el título de héroes para alentarlos a que arriesguen sus vidas para tratar de salvar a sus amos. Al principio pensaba que estaban locos por no tener razonamiento pues están ayudando a las personas equivocadas pero al final de cuentas no hay nada que puedan hacer más que obedecer ya que esa es su naturaleza, la lealtad prima ante todo. Me he desviado del tema, lastimosamente cuando tengo tantos pensamientos rondeando por la mente es difícil enfocarme en la prioridad, estoy sentada al borde del abismo, en un auto lujoso con la compañía de alguien que aunque no haya sido por elección no me arrepiento de la decisión que he tomado, necesitaba huir y ahí estaba él tendiéndome la mano para poder escapar.

MI SANGRE EN SUS MANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora