Hades Bach.
Érebo Bach.
Seth Bach.
Nix Bach.
Cuatro hermanos que ocultan secretos tan temibles como el mismísimo infierno.
¿Te atreves a conocerlos?
Créditos de la portada a: @Aughostn
Obra registrada en Safe Creative.
Código: 2103017057970
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Nota antes de leer: La verdad no me gusta escribir notas antes de que puedan leer el capítulo, pero lo que vengo a decir es importante. El capítulo me quedó súper extenso es por eso que he decidido dividirlo en dos parte, si quieren rapidito la continuación háganmelo saber en los comentarios.
Ahora sí, a leer.
Narrado por Charlotte Sellers:
Madi cruza sus piernas por encima del colchón donde se encuentra sentada.
—¿Me estás diciendo que tú, Charlotte Sophia Sellers Lee me invita a una fiesta? —cuestiona con su expresión extrañada.
Lo sé, sé que es extraño que yo esté invitando a mi mejor amiga a una fiesta, cuando siempre es ella la que me invita a mí, pero ya me comprometí con Kevin y no pienso dejarlo mal.
Está mañana apenas mis ojos vieron los rayos del sol colarse por la ventana de mi habitación lo primero que hice fue llama a Madi para pedirle que viniese a mi casa para hablarle de algo, o más bien invitarla a un lugar.
Con mis codos enterrados en el colchón mientras mis manos sostienen mi cabeza miro a mi amiga un poco mal.
—Madi, por favor, no es para tanto —cometo fingiendo pesadez.
—Claro que es tanto Charlo, es como si obtuviese un diez en matemáticas —se burla, dejando descansar sus manos en el espacio que queda entre sus piernas.
Ruedo mis ojos al cielo —Madi, por favor.
Ella hace una mueca de fingido pesar y añade: —está bien, claro que iré a la primera fiesta que me invita mi mejor amiga.
Me incorporo en la cama en un solo movimiento, lanzándome hacia ella, abrazándola.
—Gracias —digo en una manera de chillido entusiasmado.
Soy capaz de percibir una sonrisa en su rostro.
Con su manos me aparta de su cuerpo —ahora bien, quiero que me digas quién te invito a esta fiesta y donde será.
Me siento a unos pocos centímetros de ella, cruzando también mis piernas, tomado su misma posición.
—Me invitó un chico que conocí en la fiesta a la que fuimos con Cameron.
—¿La qué hizo el hermano de Hades?
Asiento —esa misma —contesto, apretando mis manos en mis muslos —. Él se llama Kevin y es súper simpático.
Una sonrisa taimada se va curvando en sus labios —¿así que Kevin?
