Hades Bach.
Érebo Bach.
Seth Bach.
Nix Bach.
Cuatro hermanos que ocultan secretos tan temibles como el mismísimo infierno.
¿Te atreves a conocerlos?
Créditos de la portada a: @Aughostn
Obra registrada en Safe Creative.
Código: 2103017057970
___...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Este capítulo va dedicado especialmente a: ForeverCoffe gracias por apoyar esta historia.
Narrado por Charlotte Sellers:
Al final de todo la vida se resume en cuanto dolor eres capaz de soportar, a cuanto dolor eres tan fuerte de llevar en los hombros. Hades puede ser la persona que conozco que más a dolor a cargado hasta hoy, es por eso que no me importa lo que haya hecho en su pasado. Quizás esté un poco loca al pensar así, pero es que no puedo imaginar cuanto sufrimiento tuvo que vivir para haber tomado esa decisión.
Siento que juntos podemos llegar a ser mejores, pero separados no lograríamos que solo acabarnos un poco más.
Siendo completamente sincera al recibir esa última palabra me plantee la idea de alejarme de él, mi mente captó esa idea, sin embargo, no fui capaz de actuar en consecuencia. En lugar de seguir esa idea, mi corazón decidió precipitarse hacia el abismo de estar a su lado sin preocuparme por absolutamente nada más. Es lo mejor que he decidido.
Unos pocos minutos después de recibir ese mensaje de Hades mi teléfono volvió a vibrar. Esta vez fue una llamada de Érebo, el hermano de Hades. Él fue quien me informó que Hades hoy está cumpliendo dieciocho años; me pidió encarecidamente que estuviese con él, que lo escuchara y lo abrazara si eso era lo que necesitaba.
Con sus ojos enterrados en los míos noto como las líneas de su rostro se relajan y en sus labios se arquea una sonrisa. Sus encantadores hoyuelos aparecen en sus mejillas, causando un hormigueo en mi estómago.
—Gracias —pronuncia y sus manos me aprietan con más fuerza contra su cuerpo.
Me pongo de lado para mirarlo mejor y aparto algunas hebras de su cabello de su frente, parece tranquilo y tiene un gesto sutil en sus labios. Sus ojos han sido invadidos por una gran comodidad.
Inspiro profundamente.
—Me gusta escucharte agradecer.
Arquea sus gruesas cejas y contiene una risa.
—Creo que agradeceré más seguido. —Bajo mis manos de su cuerpo y en eso siento9 como sus dedos se entrelazan con los míos —. Quiero que me acompañes a un lugar.
El corazón me late con vigor, pero lo disimulo al bajar mis cejas.
—¿Hades Bach quiere que lo acompañé a un lugar? —mi voz suena con un tono más elevado del que pretendía: burlona, divertida.
Se relaja y tira de mi mano para acercarme. Mi rebelde melena se pega a su pecho.
—Charlotte Sellers, cualquiera quisiera ser merecedor de tu compañía —dice en voz baja.
Me rio con timidez al oír eso y mis mejillas se ruborizan. La verdad es que nunca he pensado que alguien le agrade mi compañía. No soy nada especial, o eso que lo que en algunos momentos he pensado.
