Perfecta Destrucción| Completa ✔️

|46|: Sorpresa

Este capítulo va dedicado especialmente a: MiliBustosSM gracias por apoyar esta historia. ♥

Narrado por Charlotte Sellers:

Muchas veces el camino de la muerte es silencioso, como pasos sin zapatos, como un tacto sin cuerpo, como una palabra sin voz. Sin embargo, una vez se presenta sus pasos son retumbantes, su toque es violento y su resonancia es tan ensordecedora que deja desorientado a cada que lo escucha. La muerte es irreversible y eso es lo peor de todo.

Hoy más que nunca extraño a mi padre, no sé a quién debo hablar par que él me escuche, tampoco sé si algún día olvidaré su voz, no sé si en algún momento dejaré de necesitarlo. Soy consciente de que sería egoísta de mi parte quererlo aquí cuando al fin y al cabo su viaje es a un lugar mejor, por eso no me preocupo de cómo está, sé que ahora él se encuentra descansando y desde está se asegura de que nosotros estemos bien. No obstante, yo no estoy segura de cómo estoy desde que él se fue, jamás imaginé que todo a mí alrededor se sintiera tan desmesurado y vacío sin sus cantos, sin sus cuentos y sin sus manos curando cada herida de mi alma.

A él nunca le gustó verme llorar, siempre quería verme sonreír, pero ahora que no lo tengo no puedo reparar ese grifo roto en mí, él era quien reparaba cada cosa, yo en cambio, no soy buena para eso. Él era mi lugar seguro, ese refugio en todos esos días de caos, solo él encontraba mi botón de reinicio y con una simple sonrisa devolvía la alegría a mi vida. Nadie me conocía más que él.

Lo extraño tanto. Fue demasiado difícil volver a casa y buscarlo en cada rincón, en la cocina cuando preparaba la cena para todos, en la sala cuando se sentaba con los brazos cruzados a mirar las noticias y en cada noche cuando depositaba un beso en mi frente para recordarme que estaba ahí, conmigo. A veces hasta me engaño al creer que los escucho en casa.

Gritar al cielo es el único recurso que se me ocurre para buscar que él me escuche.

Desde que él se fue las cosas no han sido igual, ya las noches no son tan cálidas, ya las risas no son tan reales, la comida no se disfruta igual. Desde que la vida lo dejo mi madre ya no abre las ventanas de noche y se va adormir sin que él le lea un párrafo de algún libro. Sé que los que emprendieron viaje al cielo ya no regresan, pero si me pidieran mi vida a cambio de un abrazo de sus brazos no me cuestionaría en darla.

Hay cosas que nunca le dije, risas que quedaron pendientes, momentos que experimentar y mucha vida que merecía ser vivida. Recuerdo de él contantemente me impulso a ser alguien mejor, siempre confió en mí y todo el tiempo me dijo que abrieras mis alas y volara hasta conseguir eso que me hiciera feliz, lo que él no sabía es que sin su cercanía esas alas les contarían mucho más emprender algún vuelo. Hoy quisiera decirle que me perdone por tantas cosas, quiero que sepa que esas veces que me enojé con él las lamento con toda mi alma, quiero que hoy se entere que estoy dejando de lado mi orgullo y que los consejo que me inculcó los llevo conmigo. Me gustaría gritarle cuanto lo amo, pero ya es muy tarde para eso.