Hades Bach.
Érebo Bach.
Seth Bach.
Nix Bach.
Cuatro hermanos que ocultan secretos tan temibles como el mismísimo infierno.
¿Te atreves a conocerlos?
Créditos de la portada a: @Aughostn
Obra registrada en Safe Creative.
Código: 2103017057970
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Los últimos días ha sido excelente en cuanto a estudios, he logrado entregar todos los pendientes y por suerte he obtenido buenas calificaciones.
Con respecto a Hades no he vuelto a hablar con él y la verdad no creo que le afecte en lo absoluto no hablarme.
Ya es viernes así que por fin podemos descansar el fin de semana, aunque la verdad usaré el fin de semana para realizar el trabajo de historia que he pospuesto por todos estos días. Por desgracia tendré que llamar a Hades para ponernos de acuerdo.
—La clase de matemáticas ha estado buenísima —cometa Ethan cuando caminamos hacia la salida de la prepa.
Chad, Madison y yo resoplamos.
—¡Claro que no! —chillamos Madi y yo al mismo tiempo.
Matemáticas ha sido la clase más pesada de la semana. Entre ejercicios y ejercicios de derivadas nos hemos vuelto un poco más locos. Al único que no parece afectarle es a Ethan.
Ethan y yo somos mejores amigos desde que éramos solo unos niños, ha estado en mis mejores y peores momentos y ha sido el único a parte de mi madre que me apoya incondicionalmente.
Los ojos verdes de Ethan se deslizan de Madi a mí —las derivadas son geniales...
Le pongo la mano en la boca para que se calle y me posiciono frente a él, caminando hacia atrás.
—No queremos saber más nada de derivadas, Ethan —me quejó.
—Es cierto Ethan, es mejor que te calles —agrega Madi.
Bajo la mano de la boca de Ethan y cuando abre la boca para volver a hablar le lanzo una mirada asesina, haciendo que una sus labios.
Chad arregla su bolso en la espalda —aunque no voy en el mismo grupo de ustedes, matemáticas es la asignatura que más me está costando.
Cuando por fin llegamos al frente de la prepa busco a Cameron con la mirada, pero no logro divisarlo por ningún lado.
—¿Dónde estará mi querido hermano? —pregunto, echando un vistazo a mi alrededor.
Chad endereza la postura de su cuerpo —chicos, debo irme de una vez. Mis padres me esperan.
Madi entrelaza su brazo con el de él —yo también debo irme, tengo que ayudar a mi madre con el mercado —no suena nada emocionada —. ¿Quieres que te dé un aventón? —me pregunta, halando la tira de su bolso.
Niego —tengo que esperar a Cameron.
Ethan levanta su mano —yo si necesito que me des un aventón —pide.
—Pues, vámonos, baby —se despide de mí con un beso en la mejilla y halando a Chad lo comienza a guiar hasta el estacionamiento de la institución.
