El lunes muy temprano por la mañana, Laura ya estaba en la oficina, esperando a cada uno de los empleados  para darle personalmente  la bienvenida, a todos los esperaba con café y un pequeño obsequio personalizado para que se sientan cómodos, cómo ella misma se quería sentir en un trabajo.

Se había puesto una pollera negra, un saco entallado con una linda blusa blanca  debajo  y zapatos de taco alto, hacía mucho que no se sentía tan femenina y elegante. Desde que se había separado de Javier hasta ese día no había necesitado sentirse así, pero ahora sí lo necesitaba, quería verse hermosa y pensar que algún hombre podía mirarla y tal vez enamorarse de ella, pensar en frivolidades como esa la alejaban de otros pensamientos que no quería tener. Lejos de Buenos Aires sentía que ese día era el comienzo de una nueva vida o al menos lo intentaría, porque así lo deseaba.

Había recibido varios  mensajes de texto y algunos mails  con deseos de suerte y felicitaciones. Hernán le había mandado en hermoso arreglo floral y una carta con palabras que la llenaban de felicidad, le agradecía por trabajo realizado, por el esfuerzo que había puesto en el proyecto a pesar de lo que sufría por su vida personal,  le expresaba toda su gratitud y el orgullo que sentía por sus logros y le prometía una sorpresa para el sábado,  día de la inauguración en la que por supuesto estaría presente junto con su esposa.

A media mañana la llamó Carla deseándole suerte y asegurándole que el sábado estaría bien temprano, sin falta en Junín, con  Martín, Marijo y Fede. Laura necesitaba ver caras familiares en el evento como para descargar tensiones. Faltaría solo Javier para completar la reunión de amigos, pero no lo había invitado y sabía que él tampoco vendría. Se puso feliz de saber que sus amigos podían viajar, quería y necesitaba tenerlos cerca.

Javier también le había escrito un mail corto pero sentido que ella había agradecido y no dejaba de releer.

“Te deseo mucha suerte. Me gustaría que vuelvas a encontrar la felicidad.

Sos y serás la persona más importante de mi vida.

Aprovecha esta nueva oportunidad.

Te amo, Javier”

Laura se emocionó hasta las lágrimas porque sabía que era sincero, ese era Javier, el de siempre, el que la enamoró cuando era una adolescente tímida y vulnerable y así sería tal vez para siempre, a pesar de la realidad que tenían que enfrentar, nunca podría dejar de amarlo.

La mañana pasó sin mayores sobresaltos, con llamadas, saludos y algunos presentes de la gente de la ciudad que la conocía,  la próxima semana  era la gran apertura y Laura estaba feliz por tener todo bajo control.

Al medio día Daniel pasó a buscarla para  ir a almorzar como lo había prometido, al verla tan elegantemente vestida y con esos zapatos, que para él era demasiado seductores, quedó deslumbrado, no estaba acostumbrado a ver la belleza de Laura resaltada con prendas tan femeninas, siempre la había visto  informalmente vestida, con poco maquillaje y no pudo disimularlo demasiado.

-Estoy buscando a mi amiga Laura, pero prefiero llevarte a almorzar a vos – le dijo tomándola de la mano para hacerla dar una vuelta sobre sus talones para admirar su belleza.

Volver a Intentar (Completa y en edición)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant