Parte 26

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Carla llegaba a Buenos Aires en dos horas directamente a la casa de Federico, tenían ganas de verse, se habían extrañado muchísimo y Laura estaba muy ansiosa, quería contarle todo lo que había pasado las semanas que no estuvo.

Marijo tenía una pequeña pancita asomado y Federico se la acariciaba todo el tiempo, estaba esperando la próxima ecografía porque quería saber el sexo del bebe. Mientras aguardaban a la feliz pareja Federico charlaba con Laura  sobre  su nuevo emprendimiento ofreciendo su colaboración para cuando lo necesite.

Carla y Martín llegaron más tarde de lo previsto, habían comprado regalos para todos, hasta para el bebe de Marijo. Se los veía felices, muy bronceados y descansados. Contaron muchas anécdotas del viaje, algunas  muy divertidas, y describieron los lugares que visitaron. Llegó el momento de las preguntas para saber cómo estaban las cosas en Buenos Aires, cada uno contó sus cosas.

-Mari, me encanta la pancita, ya se te nota, ¿cómo te sentiste estos  días?

-Más o menos, estuve con algunos malestares, pero nada fuera de lo esperado. El único problema que tengo es que parece que el papá quiere trabajar más que nunca y prácticamente no lo veo.

Federico miro a Marijo como disculpándose, le dio un beso y cambió el tema.

-La que está de para bienes es Lau, ¿Por qué no le contás? –le pidió Federico a su amiga.

La pusieron al tanto de todo. Estaba muy contenta por su amiga, sabía que se lo merecía. Se entristeció al enterarse de la enfermedad de Hernán, lo apreciaba mucho y sabía cuánto lo quería Laura.

Conversaron varias  horas de todo lo que había pasado durante esas tres semanas.

Carla arregló con su amiga para pasar  al otro día por la oficina para conocerla y charlar  más  íntimamente de algunos detalles que solo dejaban para esos momentos, esos detalles que se contaban como amigas de desde siempre, pero que nunca les contarían a nadie más.

Los novios decidieron abandonarlos más temprano de lo usual después de repartir los recuerdos que les habían traído, ya que estaban recién llegados de viaje y por demás cansados.

Javier y Federico ya estaban charlando, solos en el living, mientras  las mujeres estaban viendo las cosas  que Marijo había comprado para el bebe.

-¿Estás bien Fede? –preguntó Javier con cara de preocupación, no lo había notado demasiado presente en la reunión. –Te conozco, amigo, algo te pasa.

-Bueno…si…algo…por favor, no quiero que me juzgues por lo que te voy a contar –le pidió Federico con las palabras algo enredadas y nervioso, aunque necesitaba hablar para desahogarse algo dentro suyo luchaba por ocultar todo.- Dios…ok, engañé otra vez a Marijo.

-¡No te puedo creer! –Javier golpeó la mesa arrepintiéndose  al escuchar el ruido que hicieron las tazas, estaba enojado, tanto que lo hubiese golpeado en la cara por primera vez - ¡está embarazada!, no lo puedo creer Fede. ¿Qué carajo estás haciendo?

Volver a Intentar (Completa y en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora