Volver a Intentar (Completa y en edición)

Parte 16

Carla, Marijo y Laura estaban terminando de acomodar las cosas en la cocina después de la cena. Habían pasado un agradable momento, a todos les había caído muy bien Daniel.

Federico estaba feliz de tenerlos a todos en su casa, especialmente en ese momento en él estaba muy  bien con  Marijo  y más que feliz con el casamiento  de su prima. Sabía que Martín era  la persona  ideal para ella, tenía  la paciencia necesaria para aguantar sus caprichos y se notaba que la amaba incondicionalmente. Había extrañado mucho a Laura y lo ponía muy contento volver a verla, siempre  se divertían juntos, compartían el mismo tipo de humor y se hacían chistes, notaba que esa amiga divertida y llena de energía que había estado oculta  detrás de la tristeza estaba volviendo a asomar y le gustaba que así fuera y por los motivos que sea.

Después de la comida  sirvieron el café con una rica torta, sentados cómodamente en los sillones del living  y, en medio de la charla, llegó  Javier sin aviso ni invitación. Todos habían estado de acuerdo que invitarlo hubiese sido una situación incómoda y el hecho de que estuviese Daniel también complicaba las cosas.

Cada uno reaccionó como pudo ante el momento tan embarazoso de su llegada, aunque los saludos fueron amistosos como siempre, incluso con Laura y la presentación con Daniel. Nadie le explicó quién era, ni que había venido con Laura desde Junín, no parecía necesario ni oportuno, pensaron que si lo preguntaba, Laura le respondería, haciéndose cargo de la situación.

Pasado el momento de tensión la noche siguió amena y divertida hasta tarde.

Carla decidió retirarse con Martín y Laura haría lo mismo con Daniel. Javier prefirió quedarse un rato más, necesitaba hablar con Federico y aclararle que entendía perfectamente la situación, que no estaba molesto con no haber sido invitado y que en su lugar él hubiese hecho lo mismo. Además la duda de saber quién era Daniel lo atormentaba y necesitaba averiguarlo sin dejar pasar el tiempo.

-Daniel es un buen amigo de Laura, vinieron juntos de Junín, él es de allá, aprovechó el viaje de ella para visitar amigos y familiares que tiene  en Buenos Aires, al menos eso es lo que yo sé – le contó Federico.

-Mirá vos ¿Por qué no me lo habrá contado Laura ayer en casa?

-No sé –dijo Federico. –Lo que sí sé es que no pasa nada entre ellos.

-Por ahora. ¿No viste como la mira? Parece un buen tipo, pero no voy a dejar que se lleve a Laura –aseguró Javier. – y, menos ahora que pudimos conversar seriamente, sin peleas de por medio.

Javier les contó a sus amigos el encuentro que tuvo con Laura y lo aliviado que estaba al haber podido perdonarse por los exabruptos que habían tenido el uno para el otro durante tanto tiempo, sin detalles también les dio a entender que había pasado algo más con ella esa tarde y que aún había algo por que luchar entre los dos, que lo que sentían, sea lo que fuese, aún valía la pena. Desde ese momento miraría solo para adelante, se concentraría en recuperar el amor de Laura, el perdón ya lo tenía.

-Estoy  seguro de que la voy a reconquistar y vamos a volver a estar juntos. Ella me quiere pero todavía está muy dolida y puedo, ahora, ponerme en su lugar. Fui tan imbécil, la lastimé demasiado, bueno creo los dos lo hicimos sin darnos cuenta. La entiendo y me merezco la distancia que me puso –afirmó Javier.