Parte 3

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Hola chicas! Que les parece hasta ahora la historia?

Estoy aprendiendo de a poco, gracias a las que me ayudaron, ahora si puedo agregar fotos, así es como yo me imagino a la dulce Laura. En el próximo capitulo pongo la foto del sexy y cariñoso Javier.

Esta entrega de la historia es más larga, espero les guste.

Javier era un buen marido, respetuoso, cariñoso, amaba a su mujer, disfrutaba de su compañía, la deseaba como el primer día, sentía placer haciéndola feliz y se lo hacía saber  y Laura  no podía ser una mejor  esposa, absolutamente dedicada a su marido y afectuosa como ninguna. Eran un matrimonio feliz, digno de envidia. Para completar esta felicidad solo les faltaba ese esperado hijo, sabían que estaban preparados. Laura amaba los niños y Javier tenía una especie de imán para los bebes, le encantaba jugar con los hijos de sus amigos. Sabían que serían buenos padres.

Su vida había cambiado, Laura estaba más tranquila, disfrutaba de los días en su casa, leía libros, salía de compras, almorzaba con Carla, visitaba a su mamá, estaba feliz, lo único que opacaba sus días  era cuando tenía su período, porque era la forma en que se enteraba, una vez más, que no estaba embarazada,  pero no perdía las esperanzas, sabía que tenía que tener paciencia,  mientras  tanto disfrutaba la búsqueda de ese embarazo teniendo unos hermosos y ardientes encuentros sexuales con su marido.

-La verdad es que trato de vivirlo sin demasiada ansiedad - contestó Laura ante la pregunta de su amiga Carla de cómo estaba viviendo este momento de  “buscar” un bebe.

Habían salido a almorzar, les gustaba pasar más tiempo juntas,  Carla tenía un trabajo con horarios acomodados, ella podía disponer de su tiempo y no tenía pareja estable, por lo que podían organizar más salidas con su amiga. Carla  era feliz por Laura, la veía contenta y sonriente, sabía que estaba muy bien con Javier, él la adoraba y ella a él, eran el matrimonio perfecto. Y Carla una testigo privilegiada de ese amor.

-Dicen que la ansiedad no es buena consejera –acotó  Carla sonriente.

-Ya pasaron  cinco meses desde que decidimos ser papás, si en cuatro meses más no quedo embarazada voy a hacer una consulta médica.

-¿Por qué las dudas? Los dos son sanos, relajate, disfrutá de la búsqueda –sentenció Carla entre sonrisas.

-Sí, la verdad que lo disfrutamos –confirmó Laura guiñándole un ojo.

Continuaron el almuerzo conversando de sus vidas y sus trabajos, recordando viejos tiempos de salidas y de cuando Javier se le declaró sin previo aviso, de cómo se habían dado las cosas tan prefectas, tanto que ya estaban buscando un bebe para formar una familia.

Carla no había tenido tanta suerte en sus parejas, había tenido novios pero ninguno la había enamorado lo suficiente como para que deje su libertad, le gustaba su trabajo y le dedicaba mucho esfuerzo y el tiempo que le quedaba libre lo pasaba con amigos, su vida no era compatible con los noviazgos, según sus convicciones. A su modo era feliz, compartía salidas  con amigos y cada tanto con algún compañero cama adentro. Era lo que quería por el momento, disfrutar  su tiempo y sus compañías sin compromisos, ya llegaría el hombre de sus sueños a su vida, tenía paciencia y certeza de que eso pasaría, mientras tanto vivía día a día con intensidad.

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