Parte 27 Final

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Llegamos al final! Gracias por leerme...

Relamente disfruté mucho de escribir esta novela, amé cada uno de los personajes con sus defectos y virtudes. Y para mí fue un placer que cada una de ustedes me lea, gracias.

Nuevamente las invito a leer No me alcanzó con mirarte y espero les guste.

Saludos a todas, gracias!!!!!

Después de varias semanas de aceptar la propuesta de Laura, Carla estaba más contenta en su nuevo trabajo, un poco más cansada que de costumbre pero feliz. El ambiente laboral era cordial, el horario aunque por ser la adaptación era largo, se podía acomodar a sus necesidades, los proyectos muy interesantes y le suponían buenos desafíos. El cambio había sido positivo.

Laura se desempeñaba maravillosamente en el nuevo puesto y, al notar la empatía de todo el personal y darse cuenta que podía hacerlo bien, empezó a relajarse. Las obras de su oficina habían terminado, por suerte, y ya estaba instalada, le gustaba mucho como le había quedado, había logrado el toque femenino pero profesional que buscaba, ahora la sentía propia, con su personalidad en cada detalle, sólo le faltaba el visto bueno de Javier que  no se había podido hacer el tiempo para pasar a conocerla debido a su trabajo. Hernán la llamaba cada tanto para contarle que país estaban recorriendo y pasaba largo rato narrándole algunas de las experiencias vividas en el viejo continente. Para Laura esas llamadas eran como carga de energía para seguir y luchar por esa empresa que era una parte importante de ese hombre que había estado tan presente en su vida y ella se lo agradecería siendo la mejor socia y siguiendo su ejemplo. Lo notaba muy alegre y feliz disfrutando su jubilación y por mucho que a ella le pese,  sus últimos meses de vida. Cuando podía se comunicaba con Inés para tener la información más precisa  sobre su salud y sabía que estaba bien, eso la dejaba más tranquila y con esperanzas de volver a verlo.

Todo en su vida había retornado a su camino, era feliz otra vez, a pesar de la noticia de Hernán, pero saberlo contento hacía que la tristeza desaparezca. Había recuperado a su amor, estaba rodeada de su gente que tanto quería y la apoyaba, un trabajo que la llenaba de satisfacciones. Lo único que la tenía por demás preocupada era el distanciamiento de Federico con su esposo, no podía hacer más de lo que hacía hablando con Javier y tratando de convencerlo de que conversen pero era inútil, él esperaba que su amigo recapacite y necesitaba darle tiempo y dárselo también para que baje su enojo, que aunque sabía que era exagerado, lo sentía y no podía disimularlo.

Javier había estado insistiendo en que se mudara a su departamento, no quería esperar un mes más y  ella le pedía paciencia, pero la verdad era que ya había organizado la mudanza para el fin de semana y quería darle  la sorpresa como a ella le gustaba hacer.

-Lola, por favor llamá al doctor Mazza, fíjate el número de la agenda y decile que lo espero en dos horas en mi oficina, por favor.

Lola aún no conocía a Javier, sabía por comentarios de la oficina que Laura estaba casada, peor no sabía el nombre de su esposo y aún no había visto fotos, por estar al oficina en obras.

-Si Laura  –y, al instante, comenzó a discar. –Buenos días Doctor, lo llamo de oficina de la Señora Laura Rausi, ella necesitaría verlo en dos horas en su oficina –siempre era demasiado protocolar en sus conversaciones -¿podría confirmarme su presencia?

Javier le confirmó que iría  en el tono más neutro que pudo pero estaba un poco preocupado y otro poco intrigado, inmediatamente pensó que lo necesitaba como abogado, debido a que no había sido ella quien lo llamara y su secretaria lo había dicho doctor. La llamó al celular sin poder controlar la intriga, necesitaba que le delante de que se trataba la reunión, pero no lo atendió. Salió enseguida para llegar a tiempo, dejando varias cosas pendientes en su estudio. Esos eran los momentos que no le gustaba vivir, solo imaginar que Laura podía estar en un problema lo dejaba sin posibilidad de pensar en otra cosa y aunque, había aprendido a dominarlo, se angustiaba demasiado.

Volver a Intentar (Completa y en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora