Capitulo 12- Aria

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-  ¿Qué es eso de conectados? ¿y por que lo dices de esa manera?

- Verás, hay cinco niveles de conexión.

El primero es cuando simplemente entiendes a una persona, pero eso es lo normal, hay muchas personas con ese tipo de conexión. Es como tener un amigo, del que le miras la cara y sabes lo que está pensando. El segundo es conexión facial. Esto quiere decir que lees las expresiones faciales de la otra persona. Imagina que estoy enfadado, pero mi cara no expresa nada, podrías saber que lo estoy con solo mirarme. El tercero es el corporal, con el que puedes comunicarte a través de un movimiento. El cuarto es mental, te comunicas mentalmente, de este grupo solo hay un diez por ciento de gente que la adquiera. Y el quinto es como un alma gemela. Alma gemela lo engloba todo. Es cuando no puedes separarte de la otra persona, es parte de tu ser. Una pieza de ti, y no es por decir si no que es verdad, le pertenece. La definición no es exactamente esa, pero por ahora es mejor que nada. Tu y yo tenemos las cuatro primeras pero tu tienes la visión. Puedes verme en tu mente. Ese poder no lo ha tenido nadie desde hace milenios como ya dije antes. Además, tenemos la sospecha de que es probable que ambos tengamos más poderes de los que la Suprema tiene. Es decir, un mínimo de seis poderes. Martin Fall le llevo años averiguar cuantos poseía, pero ella necesita que los desarrollemos pronto. Llos necesita. Es por eso que la suprema arde en deseos de conocerte. Y ahora que ya hemos hablado suficente, volemos hacia el castillo.

Me paro en seco y lo miro con los ojos extremadamente abiertos.

- Era broma, cogeremos un coche. - Se ríe.

Un autobús enorme nos recoge en cuanto salimos del bosque por un atajo. Este, llevaba a una carretera desde la que veía una gran ciudad. Ahora tenía ganas de explorar. Cuando entramos en el autobus, me encuentro con que Neil conoce a todas las personas allí. Saluda con un abrazo a una chica menudita, con muchas curvas. Tiene la mitad de la cabeza rapada y en ese hueco tiene una gran x tatuada. Me recuerda a la cruz del hombre de la churrería. Neil no me presenta a nadie, se limita a hablar con sus amigos sin decirme tan siquiera sientate a mi lado. Pone su culo en el asiento de al lado de un chico moreno, alto y de ojos negros. Con facciones muy definidas, tiene mucho musculo y está para comérselo. Neil me manda una mirada asesina y de inmediato se que me ha leído el pensamiento.

La chica de la cabeza rapada se sienta a mi lado y me dedica una sonrisa. Tiene los dientes perfectos. Su pelo rizado se alborota cuando se sienta a mi lado, ya que el aire acondicionado  de mi asiento está encendido.

- ¡Hola! Encantada de conocerte, soy Ileana, me han hablado mucho de ti. Me sonríe y me cae bien instantáneamente.

-  Hola, yo también me alegro de conocerte. - Le sonrió amistosamente.

- ¿Neil te ha explicado ya algo sobre nosotros y este mundo?

- Sí, algo sé. Aún me resulta extraño y creo estar volviéndome loca.

- Cielo, no estás loca. Tienes suerte de que te lo hayan dicho así. A mi me sacaron en mi examen de biología el año pasado y junto a mi madre y unos cuantos ordenados por la suprema, me trajeron hasta aquí y me lo explicaron. - Sonríe como si estuviese recordando algo triste          

- Tuvo que ser horrible.                    
- No te creas, lo pasé  mal al tener que separarme de mis amigos, pero me encantó este mundo desde que entré. Es de película y aún no has visto nada. Además, uno de los motivos por los que no lo pase tan mal fue por que Neil estuvo a mi lado, el quiere salvar al universo solo.

- ¿Tiene complejo de héroe? - No puedo evitar soltar una pequeña carcajada.

- Sí, según su madre lo tiene desde pequeñito. Me contó una vez que ella se corto con el cuchillo y el se subió a la mesa de la cocina con un paquete de tiritas en la mano y una manta enrollada en el cuello para curarle la herida.

Ambas nos reímos a carcajadas, con las lágrimas saltadas y sin respiración apenas. Neil levanta la cabeza y nos mira frunciendo el ceño. Nos reímos aún más fuerte.

- ¿De qué os reís chicas? -Pregunta Neil con mucha curiosidad.

- Nada, nada

- Eh, Aria, si quieres cuando termines tu reunión con la súper podríamos quedar para que te enseñe esto.

"Dile que no" dice Neil en mi cabeza "Dile que tienes que venir conmigo a practicar unas cosas"

- Pues verás, es que Neil y yo tenemos que ir a trabajar en unas cosas. Pero mañana estaré encantada.

El vehículo para en la estación de autobuses y Neil y yo bajamos.

Me coge de la mano en cuanto lo hacemos y me trae hacia sí. Me da un beso en la cara y echamos a andar. Durante todo el trayecto no paro de mirar a todos lados. Edificios altos, el cielo es más oscuro pero aún así sigue siendo de día.  La luz tiene un tono verdoso muy cálido que nos atrapa. Aquí hay muchos bosques verdes con flores exóticas por todos lados. El aire es muy puro a pesar de que hay coches. Me encanta esto. Pienso que es un sueño y que despertaré en cualquier momento. Neil me sonríe, parece feliz. Giramos en una bocacalle y me vuelvo a llevar las manos a la boca y luego al corazón. Al final de esta, hay un castillo enorme. Tiene un color amarillo muy clarito con zonas grises de los años por ciertos sitios. Es precioso. Hay una gran campana en lo alto de una de las torres. Hay como cinco torres. La puerta es enorme, de madera y por el costado derecho de la misma hay una pedreria incrustada. Me giro hacia Neil y no se por que motivo me encuentro abrazandolo.

- Tranquila, que todavía no has..

- Visto nada, lo sé. - Sonrio ampliamente y se queda algo boquiabierto por que le acabo de leer el pensamiento.

- ¿Cómo...

- ¿He echo eso? No lo sé. Pero ahora no soy la única que está desprotegida. -Le lanzo una risita con una de mis cejas levantadas.

- Anda, deja de leerme el pensamiento y entremos. Quedan veinte minutos para la hora en que quede con la suprema.

Nos conduce hacia la sala en la que se encuentra la suprema unos hombres muy altos y cachitas. Uno de ellos, completamente rapado y otro con una melena digna de revista. Qué ironía. Neil se ríe un poco e inmediatamente sé que se ha dado cuenta de mi pensamiento. Entramos a la sala más grande que he visto en mi vida. Me sorprende tanto que me quedo con la boca a la altura de las rodillas. En mitad de la sala hay unos sofás rojos de terciopelo. Una mesa de café justo en el centro, baja y marrón. En todo el cuarto si se le puede llamar así hay cuadros de personas retratadas, cuyos marcos concuerdan a la perfección con las cortinas que se acoplan a los altos ventanales.
Es magnifico.
- Nuestro trabajo nos costó hacerlo.

Nos giramos y junto al marco de la puerta, está la que creo que conocen como suprema.

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