Capítulo 31

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-          ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? – El hombre es alto, atlético; su complexión ancha. Tiene el pelo negro y desordenado. Sus ojos, de un intenso color carbón, son impenetrables, a la vez que ausentes y fríos. Su boca se ve firme en una media sonrisa. Lo que francamente me fascina es su aura. En él se lee seguridad, decisión, pero la mayor parte de el es toda maldad. Aun así, no parece una persona cruel, parece alguien a quien le han quitado todo.

- ¿Yo? No quiero nada de ti. Soy un mandado, cumplo ordenes. Ni vengo a por ti hoy. A pesar de eso, me parece considerado advertirte. En el momento que menos te lo esperes, te voy a llevar conmigo. Si tienes suerte, seré yo el que venga. - intento digerir cada palabra que suelta, pero estoy tan asustada, que no se como hacerlo. ¿Qué tengo para que todos quieran matarme? No he hecho daño a nadie.- Ya te lo dije, las sombras te van a encontrar, no te puedes esconder. Y Neil no podrá protegerte siempre, créeme. – Dice esto último con un tono de desprecio y de odio hacia Neil. Quizás tenga razón, quizás siempre he estado destinada a esto y nadie pueda salvarme. Una punzada de culpabilidad se asoma por mi mente, por dejar que todos pongan sus vidas en riesgo por mi.

-          ¿Por qué yo? ¿Qué te he hecho?

-          Tú a mi nada. Personalmente no tengo nada en tu contra, me pagan por hacer esto. Me pareces una chica entrañable pero nada de eso importa con respecto al precio que me han dado por esto.

-          ¿Tanto te importa el dinero que estás dispuesto a acabar con una vida? ¿No tienes humanidad?

-          ¡No se trata de dinero niña! – grita exasperado. - ¿Crees que haría todo esto por dinero?

- ¡ Ya no se qué creer! Si tan valioso es para ti lo que sea que te van a dar...¡entonces llévame ya! ¿Para qué quieres esperar? – el hombre se queda mirándome fijamente. Entonces se me ocurre una idea. Intento entrar en su mente, leer sus pensamientos. En lugar de palabras se me vienen imágenes. Veo a una niña pequeña, que no puede tener más de cinco o seis años, llorando, en un cuarto oscuro, sola.  - ¿Es por esa niña? ¿Que quieres hacerle a esa pobre chica indefensa? ¡Eres un monstruo!

-          ¿Qué niña? – abre los ojos y se acerca rápidamente a mi. Grito del susto. El hombre me coge por los brazos y me grita. - ¿Qué has visto? ¿Dónde está la niña?

-          ¡Aléjate de mi! ¡No sé quién es esa niña, suéltame!

- ¡Si sabes algo dímelo! Si lo haces, podría salvarte, podría salvaros a todos. ¡Dime dónde está! -se escuchan gritos cerca del ascensor. Es Neil llamándome. 

Entonces, él se muerde los labios, hace un chasquido y se esfuma.

Me siento en el suelo. Coloco mis manos en mi cabeza e intento respirar bien, pero me resulta dificultoso. Mis pensamientos son incapaces de ordenarse por sí solos.

Neil abre la puerta y se acerca a mi rápidamente. Me habla pero no me entero. Solo sé que mueve la boca. Me abraza fuerte y yo no siento nada. Estoy fuera de mí. No entiendo que es lo que acaba de pasar.

- Aria, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿ Con quién estabas hablando? - Y fue justo en ese momento cuando lo supe. Todos los que estén a mi al rededor siempre estarán en peligro. No se la razón, pero tengo que descubrirla. Sin embargo, si me quedo con Neil, podría dañarlo más de lo que ya he hecho. Giro mis ojos hacia los suyos, llenos de preocupación y amor. Sonrío y lo abrazo. Él no entiende nada, pero me abraza también. Me embriago de su olor, su perfume que me envuelve, su cariño, su amistad. Cada sentimiento que tengo desde que lo conocí otra vez. En realidad, soy afortunada. No muchas personas tienen la oportunidad de conocer a esa persona especial dos veces. Lo beso. Aprovecho cada segundo de mi tiempo en aquel ascensor con él.

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⏰ Last updated: Apr 12, 2023 ⏰

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