Capítulo 26 - Mark

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Desde que nos dieron la noticia de quienes eran los conectados, todos los días entrenamos. Solo tenemos descanso las horas de comer y las de sueño. No hay tiempo libre. Cada minuto que pasa, son más fuertes, desarrollan sus capacidades y se expanden.
Todo este tiempo he intentado sacar razones por las que odiar a Aria:
La número uno es que somos enemigos naturales, pero antes nuestros países era como hermanos lo que implica que no son malos. En realidad no creo que nadie lo sea. Cada cual lucha por mantener sus ideales. ¿Cuáles son los correctos? Para ellos sus creencias son las correctas, pero ¿desde cuando en nuestro mundo, las creencias son causas de guerra?

La segunda es que me mintió. Nunca me dijo que era de Aeonix, pero yo tampoco le dije de donde era. Nos conocimos en la Tierra. No se como nunca supe de donde procedía. A veces soy estúpido.

Y así, razón tras razón, no tengo nada. No puedo odiarla. ¿Como odiar a alguien a quien quieres?

Todas las noches, en mis horas de descanso, imaginaba su risa, sus manos aguantando la taza en aquel café, su pelo rubio que caía dulcemente en sus hombros, esos ojos que parecían mirarte el alma. Su boca, que tentaba a besarla, sus largas piernas, donde quisiera haber pasado el tiempo. Sus mejillas, las cuales estaban mas rojas que de su color natural casi todo el tiempo. Todo en ella era perfecto, imborrable, irreemplazable. No podía matar a alguien así, no merecía morir.

Yo no voy a ser quien luche contra ella, el día que todo esto acabe, yo estaré de su lado. Si tengo que traicionar mi país por justicia, que todos tengan claro que lo haré. Mientras, seguía ideando planes para no tener que ir a la guerra.

Decidí no entrenar, para que no me seleccionaran, pero un hombre fue mandado a darnos una charla que decía; "Quién no colabore en la guerra para nuestra patria, sera juzgado. Y créanme, lo mejor que les podrían dictar si eso pasa, es el destierro".

Así que, intento hacer mal todas las pruebas. Pero se dieron cuenta de lo que tramaba. Soy de la categoría 1.A de guerreros, el máximo. Yo junto a diez personas más formamos el mejor grupo de hace generaciones.
Las divisiones me recuerdan al colegio. Las clases que van de gente que estudia a la que no.
Las categorías aquí son así : Conforme vas ascendiendo de letras, más... torpe, por así decirlo, eres.

Los grupos entre 16 - 20 años: Categorías, 3.B, 3.C y 3.D

Los grupos entre 21 - 30 años: Categorías, 2.B, 2.C y 2.D

El resto de las edades van en los grupos: 1.B, 1.C y 1. D

La categoría 1.A, reúne a todos los especialistas de todas las categorías en un solo grupo.

En el mío, hay una persona que tiene diecinueve años, otra de 20, dos que tienen veintitrés, una de treinta, y cuatro de edades consecutivas; treinta y dos, treinta y tres, treinta y cuatro y treinta y cinco.

Con todo esto, se ve claro que no puedo hacer mal las pruebas. Me darían caza.

Mi mejor amiga, esta en la categoría 3.B, lo que significa que es buena. Su clase esta una planta más baja que la mía, así que birlo la seguridad que hay en la sala de entrenamiento y me cuelo en la suya.
Esta muy mal organizado todo. ¿Piensan que alguien de mi categoría, entrenado para matar, ocultarse y atacar sin piedad no podría escapar de un solo hombre mirando una puerta?

En fin, estupideces a parte... Se suponía que este año iba a entrenar a Eli, a hacerla mejor para que entrara en mi grupo, pero ni si quiera tenemos tiempo de hablar. Me escondo trás una montaña de colchonetas.

- ¡Shhh! - la llamo. Como si llamara a la pared, ni me escucha. - ¡Eli! - susurro. Gira la cabeza y deja de conversar con Thomas, un chico de su clase al que creo que le gusta un montón. Cuando me ve, abre los ojos como platos y yo le pongo una cara pervertida, la cual es por que esta conversando con el chico. Eli pone los ojos en blanco y tras decirle al muchacho que enseguida volvía se dirige hacia mi disimuladamente.

- ¿Qué mierda haces aquí, Mark? ¿Sabes la que te pueden montar si se enteran de que te has saltado una clase?

- Pero no se van a enterar, así que magnífico. - sonrío divertido a la preocupada cara de mi mejor amiga. - Seré breve, pequeña Thomas. Esta noche te quiero en mi cuarto a las dos y media. No se te olvide, es urgente.

- Yo no tengo nada con Thomas, idiota. - dice mientras su cara se torna roja.

- Dile eso a tus mofletes, guapa.

- ¿Para que quieres que vaya?

- Para violarte en una esquina del cuarto mientras te grabo para subirlo a internet, no te jode. Si no te digo para que es, es porque aquí no puedo decírtelo. Ahora vete a entrenar pequeña Thomas, y haz como si no hubieses visto a este cañón por aquí.
- Imbécil. No tienes remedio.

Después de terminar con los entrenamientos, llego a mi cuarto y me ducho. Acto seguido me pongo unos pantalones grises y anchos de deporte y activo la alarma de mi teléfono por si me quedo dormido, cosa que me suele pasar a menudo. Cojo un libro cualquiera de mi estantería y leo hasta que Eli llega. Es interesante estar en un mundo paralelo y querer estar en la tierra. Las personas allí desearían estar aquí. Si tan solo supieran apreciar lo bueno en su mundo...

Justo en la parte más interesante de la historia, muy puntual ella, pega en mi cuarto.

- Muy bien, pequeña saltamontes, a tiempo. Entra. - Pasa y se sienta cómodamente en mi cama. Apoya sus piernas en la pared.

- Qué quieres. - Utiliza su tono pregunta-sin-preguntar, lo que significa que está cansada.

- Pues... nos vamos a escapar. - Reina un silencio abrumador en el cuarto. Eli levanta una ceja. - Di algo, sabes que odio el silencio.

- Estás loco. ¿Para qué quieres huir?

- Ah, cierto... tu no la llegaste a ver y yo no te lo he explicado. Pues verás... ¿sabes eso de que hay dos personas conectadas y eso... Mmm, pues una es Aria.

- Aria. - Asiento. - Tu Aria. - Vuelvo a asentir. - La Aria por la que estas loco, esa Aria que vivía en la tierra, Aria la que...

- ¡Si, Eli, si! Esa Aria, no te pongas pesada.
- ¿¡Cómo no se te ha ocurrido contarme de dónde era!?
- ¡ Porque yo tampoco lo sabía!
- Y para que quieres irte con ella, está conectada a ese chico y tu...
- Y yo no tengo ninguna posibilidad de estar con ella.- Eli se sienta derecha y asiente.- Me da igual no tener una oportunidad con ella. No quiero matarla. Se merece vivir y ser feliz y es lo menos que puedo darle. Aunque este con otro no significa que deba dañarla.
- Esto es una locura. ¿Qué esperas? ¿Que te siga arriesgando mi vida por esa chica? No.
- Espero que me sigas, arriesgando tu vida por mi, al igual que yo haría por ti. Piénsalo.
- ¿Por qué tengo que ir contigo? - Una pequeña punzada se extiende en mi corazón.
- Esperaba que alguien que es como mi hermana me apoyará, pero veo que no. Vete, me las arreglaré solo.
- Mark, yo no quería decir eso. Solo...
- ¡Que te marches ya! - Eli me mira asustada y sale por la puerta.

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