Capitulo 9

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Cojo el móvil. Aria se va a enterar hoy de todo. Tengo que pensar en como se lo voy a decir sin que me ponga cara de "estás loco, voy a llamar  la policía". ¿Cómo se tomará saber que no es de aquí? ¿Cómo le saco el tema?
Hola Aria, ¿qué tal? Oye, sabes... No eres de este mundo. Tu eres mi alma gemela y nos separaron al nacer por una guerra entre nuestro país y el convecino. ¿Te gustaría venir conmigo para mostrarte tu mundo?
Pff, que marrón. Y encima la Superiora me dice que no es su problema, si no mio. ¡Tendrá cara! A veces puede ser muy...
Me suena el móvil.
-¡Salvada por la campana!-  Exclamo antes de cogerlo.
- ¿Me vas a decir ya lo que pasa? -Es Aria,  en menudo momento. No me deja pensar. Sobretodo cuando escucho su voz, ahora con un tono irritado.
- Te dije que te mandaría el lugar donde tendríamos que quedar.
- Venga ya, no seas plasta.
- No podemos quedar en el sitio que tenia pensado. Tendrás que venir a mi casa. 
- Estás loco.
- Y aún no has visto nada.
Noto su sonrisa a través del teléfono. Me la contagia. Aunque seamos almas gemelas, ella podría decidir no estar conmigo. Entonces yo tendría que irme para siempre y no volver a verla.
- Bueno, y para que quieres que vaya.
- Tu solo ven. ¿Quieres respuestas?
- Sí -Noto que dice esa palabra estando insegura
- Pues tendrás que confiar en mí.
- Está bien. Dame la dirección y a las cuatro estoy allí.
- Te he mandado un mensaje.
- Vale, pues te dejo.
- Hasta luego
- Adiós
- Eh, Aria
- ¿Si?
- Siempre hasta luego. 
Cuelgo el teléfono y preparo las cosas. La teletransportación de un mundo a otro no es fácil nunca. Me comunico con la Suprema y le digo que iremos a Aeonix en un rato, espero.
Preparo la casa, para que se sienta cómoda y espero.
La teletrasportacion ha fallado. Genial, ahora tendremos que usar los túneles. Seguro que piensa que soy un psicópata violador o algo parecido. Este no es mi día.

Así va la cosa. Tendría que haberse dado cuenta ella sola de lo que estaba pasando, pero no puedo esperar más. Las sombras la han encontrado. Llamo a Mia.

- Mia, ¿estás bien? 

- No sabía como actuar, no quiero tener que decirle quien soy, se va a olvidar de mi. Todo lo que pude hacer es actuar como si la sombra no estuviese detrás.

- No te iba a hacer daño ahí, nos estaba amenazando. Saben donde están. Hoy viene a casa. Le voy a explicar todo. Si ella decide no venirse conmigo, tienes que ser tu la que la lleve a casa. No podemos seguir con este cuento durante mucho tiempo más. Habla con los padres de Aria, cuentales lo que pasa para que sepan que ya es la hora, que tenemos que llevarnos a Aria.

-¿Por qué me toca hacer lo más duro a mí? Han estado haciendo el papel de sus padres durante varios años, les va a destrozar.

- Ellos sabían que esto iba a pasar, era inevitable. -Se hizo un silencio. - Sigue hoy a Aria sin que se de cuenta, viene hacia aquí ya creo. Después, habla con sus padres. Ten cuidado.

- Adiós.

Terminé de hacer las maletas y me puse a preparar bocadillos y algo de café para cuando llegase. 

Pasado un rato, me manda un mensaje en el que expresa lo loco que estoy y que venia en la moto hacia aquí. También explicaba algo sobre spray anti-violadores.
Me reí ya que sabía que pensaría eso. Unos diez minutos después, tocan a la puerta.

Le abro y dejo que pase. Nos dirigimos al salón.
Se sienta en el sofá nerviosa y voy a la cocina. Traigo el café y los bocadillos. Me siento yo también. Mira cada detalle de la casa, la cual no es muy grande. La única habitación cerrada es mi cuarto y el baño.
- Venga, come. No le he echado droga esta vez. - abre los ojos como platos.
- Era una broma.
Inspecciona todo en busca de algo.
- ¿Has encontrado ya a la mujer colgada del techo? -le digo.
- ¿Eh? - exclama despistada.
Agarro su mano y la miro a los ojos.
- No soy un asesino, ni nada por el estilo. Relájate y confía en mi.- su erguida postura cambia. Al fin ha dejado de estar tensa.
- Eso es justo lo que un violador diría. - se ríe. Hago lo mismo.
- Come. - coge un sándwich y empieza a comer. La imito.
Hay una pausa silenciosa en la que solo se escuchan sorbos de café.

- Empecemos. Antes de nada, tienes que decirme todo lo raro que te ha pasado hasta ahora. Incluida las experiencias de cuando eras pequeña. - Decido ir directo al grano. Tendré que hacer las falsas preguntas sobre su infancia y hacerme el sorprendido como me dijo la Superiora.
- ¿Si hablaba con muertos o algo así? - Por mi expresión nota que no estoy de broma.
Media hora después, me lo había contado todo. De pequeña parece ser que no hablaba mucho y se expresaba por dibujos. Parece que los recuerdos falsos funcionaron bien.
- Neil.
- Dime.
- Quiero que me expliques bien que paso en el baño del instituto.

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