Capítulo 22

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Toco la puerta ansiosa.
Neil abre la puerta y se muerde el labio. Me mira de arriba a abajo.
Los nervios se apoderan de mi. Estoy muy agitada y siento un nudo en el estomago.
Se acercar y me estrecha.
Sus manos en mi espalda me empujan contra el.
Me da un tierno beso.                                                                                                                                                                     -Te estaba esperando. Ven. Tengo preparado algo.                                                                                                           - ¿Cómo que?                                                                                                                                                                                     - Bueno, creo que necesitas algo de normalidad en tu vida ahora mismo. Se que estas pasando por algo muy confuso y que necesitas aclimatarte, así que te he preparado una estupenda tarde de película americana. - pone sus manos en mi cuello, acariciandolo con los  pulgares. - Tengo unas cuatro películas de amor del estilo de "el diario de noa", palomitas, cocacola, fanta, pañuelos... También tengo juegos de consola, una cena romántica para comer en el porche a la luz de la luna, tengo unas palabras pastelosas preparadas que espero que te gusten y... lo más importante. Me tienes a mi, dispuesto a hacer que estes mejor que nadie. - mi sonrisa, la que al principio era un esbozo de algo parecido a una, ahora se ensancha iluminando seguramente todo mi rostro. 

- Incluso en una situación que es para volverse loca, ahí estás tu. Haciendo de ella algo increíble. A veces tengo la sensación de que he sentido esto antes, pero solo cuando te miro a los ojos me doy cuenta de que solo lo he sentido contigo.

Beso la comisura de su labio, que ahora se eleva. Paseo mis manos por sus brazos, desciendo lentamente hasta llegar a sus manos, sin romper el contacto visual. Neil besa mi nariz. Aprieto sus manos. Poso mis labios esta vez en su pequeño lunar bajo el labio. Llevo mis labios a su barbilla, le beso ahí.  Voy rellenando cada hueco de su cara con besos. El no para de sonreír, se deshace en sonrisas y yo lo sigo besando en cada lugar, como llevo tiempo queriendo hacer.

- Siento interrumpir el momento, - indica Neil. - pero si sigues besándome, no vamos a llegar a ver la película. - Suelto una risa que finaliza casi al tiempo de empezarla. 

- La película puede esperar. 

- Lo beso en sus labios. Sus labios, que son como un pequeño trozo de paraíso que me han impuesto. Sus labios, que adoptan en este instante un sabor a frambuesa. Lo miro a sus ojos, sus grandes y preciosos ojos, sus pupilas negras. Este contacto tan intimo hace desvocar a mi corazón.  Lo beso con la mirada, me pierdo en ella. El es mi perdición. 

Emprendo un pequeño paso hacia el sofá, obligandole a moverse a el también. Topamos con el sofá. Da un culazo encima de él y yo me río. Me siento a horcajadas encima de él.  Abro mis ojos en mitad del beso, y lo encuentro mirándome. Su pecho sube y baja galopante. Dentro de mi cabeza, una explosión de colores estalla. Todos se funden queriendo representar lo que siento en este momento. Pero es imposible, es imposible representar con palabras o colores lo que siento.

Necesito expresarle todo lo que siento, pero no se por donde empezar si quiera.

 - Me encanta tu sonrisa y el hecho de que cuando me besas tienes los ojos abiertos. - interrumpo el beso. El sonríe abiertamente
- No quisiera cerrar los ojos estando al lado tuya, no querría perder ningún momento. - el me mira a los ojos.  - Observo su lunar subiendo al estirar su labio. Sus ojos se transforman en un azul más oscuro. Nunca entenderé el porqué de su cambio de color de ojos, solo lo disfruto.  Pasa sus manos por mis brazos. Acaricia mi piel, la memoriza con sus dedos. Muerde su labio y yo creo morir. 
- También me gusta que digas cosas como esas, me haces sentir...especial - agacho la cabeza, bufo y niego.
El me agarra la barbilla y me obliga a mirarlo.
- Lo eres. 
- Solo si estoy contigo - espeto.
- Pues ya sabes. - muerde su labio y lo libera instantáneamente. 
- El que se - me hago la loca y el carcajea.
- Si te quieres sentir especial...yo me encargaré de eso.  

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