Capítulo 24

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Despierto en una cama extraña. Sola. Al mirar a todos lados soy consciente de que estoy en una habitación de hospital.
No se por cuanto tiempo estuve dormida, pero al menos mi dolor de cabeza está curado.
Me reincorporo lentamente.
Pongo mis pies en el suelo y camino hacia la ventana. Veo a las personas como puntos muy pequeños, caminando de un lado a otro.
Entro al baño y tras mirarme unos instantes en el espejo, suspiro cansada.
Mi cuerpo esta resentido. Cada músculo está tenso. Mi piel arde.
Mi boca esta seca y tengo sed, mucha sed.
Escucho la puerta abrirse y salgo del baño.
Una mujer rubia me mira sorprendida y se acerca a mi.
- ¿Qué hace levantada? Tiene que sentarse. - agarra mi brazo y me lleva a la cama para sentarme.
- Pero me encuentro bien. - digo.
- Lleva dos días durmiendo, señorita. Tiene que guardar reposo.
- Creo que con los dos días que llevo durmiendo es suficiente reposo. -bufo. La enfermera me mira con reproche. - ¿Es normal tener mucha sed ahora? - la mujer asiente.
- Enseguida le traigo agua. Sientese.
Vuelvo a quedarme sola en el cuarto. Aprovecho estos segundos de intimidad para pensar en lo sucedido.
Averigüé el pasado con mis amigos, lo recordé. Pero de Neil... Nada.
Necesito acordarme de lo que tengo con el. No puedo enfadarme si no se todo al completo.
La enfermera entra al cuarto con una botella de agua y vaso de lo plástico.
Bebo casi la mitad de la botella y la mujer, mirándome con cautela dice,
- El chico que la trajo esta aquí junto a sus amigos. Les diré que pasen. - asiento y vuelvo a la ventana.
Segundos después, mis amigos me llenan de abrazos y besos. Neil cruzado de brazos y apoyado en la puerta nos observa. Sabe que puedo estar enfadada.
"Luego hablamos de lo que sea, ven y abrazame antes de que me enfade de verdad"
Las comisuras de sus labios se elevan y se acerca.
Me abraza y me da un beso en la frente.
- Esto no quita que seas idiota y que este enfadada y triste.
- Lo se.                                                                                                                                                                                                   - Prometeme que encontraremos una solución a todo esto.                                                                                         - Te lo prometo.                                                                                                                                                                                 - Y que nunca te vas a rendir. Porque yo también te quiero.                                                                                           - Nunca lo haré, porque te necesito.                                                                                                                                         - Y que no vas a ocultarme nada nunca.                                                                                                                                 - Demasiadas promesas, ¿no? - le pego en el brazo. - Lo prometo.

Uno a uno, mis amigos van abrazándome. Me dicen cuanto me han echado de menos y cuanto me quieren. Tanto amor repentino, hace que me den ganas de vomitar arco iris.                                                 Me siento en la cama a esperar que venga la enfermera quien, al parecer, le ha dicho  Neil que me dará el alta hoy mismo. También le ha dicho que está bastante impresionada con lo rápido que me he despertado y levantado de la cama. Y que eso es un sintoma de que estoy divinamente.

- Bueno, empiezo. He estado muuucho tiempo fuera. Me sería útil un pequeño resumen de lo ocurrido. Ya tendré tiempo de hacer preguntas sobre mi. - me río. - Y me apetece empezar por vosotros dos. - Digo señalando a Mike y a Dina. - Me fui y no salisteis juntos y despues de dos años sin veros me encuentro esto.

- Aria...- dice Mike avergonzado.

- Shhh, no me niegues el placer de verte colorado. Dina, ya sabes, canta.

- Pues... esto... no se por donde empezar sinceramente. - todos los de la sala estaban mirandolos a los dos, cogidos de la mano y poniéndose como tomates, expectantes de que nos alimentaran a palabras. - Cuando te fuiste, digamos que decidí seguir lo que me dijiste aquella última noche. Me escapé y fui a su casa. Trepé por el árbol y cuando me vio, aparte de asustarse y gritar como una nena, -No grite como una nena - interrumpe Mike. Nos reímos y el pone los ojos en blanco -  me abrió la ventana. Hablamos, me desahogue un rato y bueno acabamos besándonos y, después de innumerables peleas con mis padres, al fin entendieron que yo no iba a separarme de el y nos dejaron salir. Ahora lo odian un poco menos.

- Te lo dije Dina. - ella sonríe. - Bueno, turno de Lea. A ver... has estado ¿comiendo chocolate? ¿Viendo películas? ¿Saliendo por ahí? ¿Celebraste tu cumpleaños? Dime que si. Odio haberme perdido dos cumpleaños de todos vosotros chicos. 

- Aria... tengo que contarte algo y necesito que no te enfades. - se avecinan problemas.

- Me han transportado a mitad de curso desde la Tierra hasta un planeta que ni recordaba. Hay pocas cosas que me molesten ahora. 

- Bien... Pues yo, cuando tu te fuiste, en fin, que yo volví con Matt. 

- ¿Y creías que yo no sabía eso? Sois como dos lapas. Volvéis, rompéis y así tooooodo el tiempo. No me sorprende.

- Eso no es todo. 

En ese momento entra Matt. Y no puedo creerlo. La furia está empezando a recorrer mis venas. Mi sangre se está calentando.

- Aria, relajate.

- ¡Como pretendes que me relaje!

Neil viene hacia mi y le hecho una mirada que hace que se quede inmóvil. 

- No queriamos que pasara, creeme. Pero pasó y ahora es fantástico. Por favor, se que estás molesta pero si yo lo perdoné tu deberías hacerlo. Ya no tienes ningun motivo para estar enfadada. Es más, tienes un motivo por el que dejar de gritar y abrazarme. Y se llama Laura.

Miro a la niña pequeña, cogida en brazos de Matt, su padre. Miro a su madre. Parece esperar una respuesta.

- Si esto hubiese pasado estando yo aquí, habría hecho lo posible para que no lo tuvieras. Lo sabes, ¿verdad? 

- Y te habría convencido de que no, porque a pesar de que soy joven todavía, Laura es lo mejor que me ha pasado. A mi y a Matt. No quiero que estés mal con el.

- Si me disculpais voy al baño a echarme agua y, lo siento. Pero cuando salga de aquí no quiero ver a nadie en la habitación. Ya seguiremos otro día. Neil, quedate. Necesito que te quedes. - el asiente.

- Pero, Aria... - dice Lea.

- Aria ahora mismo no tiene ganas de hablar contigo.

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