P1: Capítulo 14

24.9K 1.7K 117
                                    

—Ese dragón hablando era el mío —informó al señalar con sus dedos, un hermoso dragón verde que se alzaba sin miedo frente a todos—. Él era su líder, tal como lo es Alhaster ahora —En esa parte, no pude ocultar mi sorpresa. El parecido en nuestras historias era inmenso—. Como es de esperarse, Elric se negó, agotando la posibilidad de que su escuadrón sobreviviera.

El silencio que prosiguió a la petición de los dragones, se deshizo con el rugir de los mismos que ahora parecían más asiduos a luchar.

—Pero aún con todo aquello, Elric y su ejército tenían un arma oculta... la esencia de inaeternum en todas sus armas... —hizo una pausa al observar como uno de los dragones era atravesado en el pecho con un arpón, dejando en el lugar su grito agonizante. Tuve que contener las ganas de llorar al verlo caer, sus alas se movían de forma descoordinada, mientras azotaba su enorme cabeza contra el suelo, agitando la tierra, y su espesa sangre recorría cada grieta—, lograba matarlos sin piedad.

—No quiero ver a los dragones morir —supliqué al llevar una mano a mi cuello.

Era imposible no sentir pena al ver que sus hermosos ojos perdían vida con cada aliento exhalado y en ellos sentía como mi vida se desvanecía—. ¡Por favor, Faedra!

—Ilora, serás la futura reina, debes conocer con detalles todo lo que ha ocurrido. El dolor de una raza en medio de la guerra, no es algo a lo que puedas escapar, serás parte de muchas y tendrás que liderar otras, siempre por el bien de tu pueblo — regañó en un tono tan severo que me hizo pensar en lo poco apta que todavía era para reinar.

» La guerra duró más de lo que creía posible y los dragones caían gracias a la inaeternum. Algunos de mis amigos, a los pocos que pude proteger de la influencia de Elric, y yo, además de otras criaturas que no deseaban esa lucha, estuvimos junto a los dragones, pero no era fácil y mi magia se agotaba... Sentía mi cuerpo debilitarse con cada respiración, pero no podía compartir aquello, porque entonces mi dragón no me permitiría ayudar.

—¿No intentaste acercarte a hablar con Elric?

—Hablar con alguien consumido con la guerra, es intentar nadar contra la corriente. De hecho, habría sido bueno que recordara mis propias reservas hasta el final.

La imagen frente a nosotros cambió y un paisaje árido y hostil remplazó los lagos de sangre. Una Faedra cansada y con ropas de campesina, enfrentaba a Elric y a su ejército, que le miraba con ira contenida. El viento levantaba la arena con fiereza y el hermoso cabello de Faedra ya no era más que un recuerdo, pues ahora se veía desordenado y enmarañado.

Era el vestigio de una reina, pero sus orbes color avellana seguían mostrando fuerza, en medio de la destrucción.

—Sabía que Elric quería matar a mi dragón, pero jamás podría llegar a él por su cuenta y ambos éramos conscientes de ello. Él era tramposo y no dudó un momento en atacarme.

Mis ojos se dilataron por completo al observar como un enorme arpón oxidado, con algún tipo de sustancia en su punta, era lanzado contra ella.

Faedra —quedándose estática— sostuvo en sus sangrantes manos lo que parecía un diario, murmurando palabras inaudibles. Casi creí que la vería caer, cuando —apareciendo como un holograma— su dragón se interpuso entre el arpón y su protegida, recibiendo el golpe.

Los gritos de Faedra se alzaron a la vez que la victoria por parte de los subordinados de Elric era anunciada. Habían vencido al líder de los dragones. Una desesperada Faedra recitaba poderosos cánticos que lograban iluminar por completo el cuerpo de su dragón, mas este, quien gritaba y retorcía su cuello de dolor, intentaba apartarla de él con sus enormes alas. Era una imagen desgarradora.

CDU 2 - El legado de Faedra [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora