P2: Capítulo 38

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—Vengo a verla —respondió una voz fuerte, que supuse era del invitado no deseado.

—¡¿Es que no entiendes lo que te digo?!

—¡No me importa lo que diga ella, Lucero me va a escuchar en este mismo instante! —La puerta de la sala se abrió con un sonoro golpe y, luego de unos rápidos pasos, tras nosotras aparecieron Brennan y Raiquen, quién intentaba sacarse a mi amigo de encima.

—Déjalo pasar, Brennan —pidió Lu en tono imperativo y de inmediato su hermano se separó del invitado—. ¿Hemos perdido los modales Raiquen? Creí que jamás entrabas a las habitaciones de las damas, te creía más prudente.

El aludido pareció no inmutarse por la ironía de la licántropa y por el contrario volvió su vista a mí.

—Déjame solo con ella, Ilora —ordenó Raiquen y yo volví mi vista a Lu, esperando que me dijera si debía o no obedecer.

Pero no encontré sus ojos, pues estos estaban enfocados de manera fiera en su subalterno.

Ya no había rastro de la débil Lu de hacía unos minutos.

—Podrás ser mi mano derecha y todo lo que quieras, pero aún en esta posición, la líder soy yo, Raiquen, no olvides tu lugar.

—Vine a eso mismo, Lucero...

—¡No me llames así!

—¡Es tu nombre! ¡Acéptalo de una maldita vez y deja de ser una estúpida niña caprichosa! ¡Eres la líder de aquí, pues demuéstralo! —La voz dura de Raiquen me hizo estremecer, pero dudo que aquello fuera peor de lo que le hizo a Lu, a quién se le cristalizaron los ojos de manera automática.

—Yo... bueno... yo me... —Me levanté lo más rápido que pude, sin embargo, con una velocidad abrumadora, Raiquen estuvo a mi lado y me obligó a permanecer en mi lugar.

—No, ella quiere que te quedes, pues entonces vas a escuchar lo que tengo que decirle.

—No creo que sea prudente ahora —intervino Brennan, quién se veía tan confundido como yo.

—De hecho, yo creo que hoy es el día más adecuado... Ya es hora de que tu hermana entienda que esta mierda debe parar.

—¿A qué se refiere? —cuestionó mi amigo, volviendo la vista a su hermana, que ahora miraba con miedo a Raiquen.

—A que tu hermana necesita ayuda y urgente. Las cosas no pueden seguir de esta manera, una líder no puede descontrolarse como ella lo hizo. ¡Casi mata a nuestra invitada!

—Fue un accidente... —expliqué yo, intentando suavizar el ambiente pesado que se estaba formando.

—No lo fue, no fue un accidente y ella lo sabe. Tiene años huyendo de esto y es hora de que se enfrente a la realidad. Lu no puede permitir que situaciones como esta la superen, o me veré en la penosa obligación de reportarle a los líderes que una de sus miembros casi hace que nuestra manada muera calcinada por el protector de una princesa hechicera a la que casi mata —Los sollozos de Lu fueron casi inaudibles, pero lo bastante notorios para que Brennan empujara a Raiquen contra la pared, propinándole un golpe en la mandíbula.

Raiquen reaccionó con agilidad y antes de que me diera cuenta, Brennan estaba tosiendo sangre contra el suelo. Los dos licántropos se estaban golpeando con desenfreno y no pude evitar jadear cuando un jarrón de vidrio cayó junto a ellos. Ambos se detuvieron y volvieron su vista a una agitada Lu que respiraba con pesadez y, como prueba de su culpabilidad, mantenía su mano en alto.

—¡Se separan en este momento y espero no tener que repetirlo! —El grito de la líder se escuchó, podría jurar, por toda la cabaña, pero lo más sorprendente es que los dos hombres obedecieron y la observaron respirar con dificultad.

CDU 2 - El legado de Faedra [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora