P2: Capítulo 22

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A la mañana siguiente, cuando desperté bajo el ala de Alhaster, Brennan ya se había ido. Y por el rostro de Cassie supe que nos había dejado hacia varias horas. La fogata seguía encendida, con leves destellos de fuego asomando entre los troncos de madera a medio quemar. El hada contemplaba las llamas con mucha atención, como si con observarlas fueran a apagarse.

—Ya casi es medio día princesa, hay que levantarnos.

—Pero estoy muy cómoda aquí —dije acurrucándome más.

—Y yo también, pero, ya sabes, el deber prima sobre la voluntad.

Refunfuñando, me levanté y sacudí mi ropa, a la vez que Alhaster abría sus enormes alas, creando una gran sombra sobre mí, y luego levantaba vuelo hacia las nubes. Miré a Luigi que se encontraba del otro lado de la fogata. Abrió sus fauces y dejó que una pequeña llamarada reavivara el fuego, para luego ir en busca de Alhaster en el cielo.

Cassie se asustó cuando el fuego se elevó y se quedó suspendida a unos metros, lejos del peligro, aunque volvió a sentarse al instante.

Me senté a su lado y apoyé mi brazo sobre sus hombros.

—¿Estás bien? —pregunté sin rodeos.

—Claro que sí, ¿por qué debería estar mal? Todo marcha excelente —respondió rápido y apenas dejándome tiempo para procesar sus palabras.

—No lo sé, te noto un poco conmocionada.

—¿Conmocionada? —preguntó, una risa muy forzada y antinatural salió de su boca— Estoy muy bien.

—¿Estas segura de que la ausencia de Brennan no te afecta en lo más mínimo? —inquirí despacio.

—No, ¿por qué me tendría que afectar? —replicó cruzándose de brazos.

—Oh, no sé, esperaba que tú me lo dijeras.

No hizo caso a lo que le dije y cambió de tema.

—¿Sabes qué le dirás a los líderes en el Consejo?

De pronto me quedé en blanco y sin aire en mis pulmones. La sola idea de que vería a los diez líderes frente a mí me ponía muy ansiosa.

—No lo sé todavía —logré pronunciar con la garganta cerrada como un puño.

—Tranquila amiga, todo saldrá bien, como siempre —intentó calmarme y no me había pasado desapercibido que era la primera vez que me llamaba amiga.

Me agradaba que ya me considerara parte de sus círculos.

—¿Cómo siempre? Cassie, las cosas nunca salen bien. Al menos, no del todo.

—No estoy de acuerdo, ¿sabes? Sobrevivimos a cada batalla que hemos tenido, pasaste todas las pruebas a las que te sometieron en el reino de los elfos. Con el avance del tiempo, obtenemos más aliados y nuestro equipo se hace más fuerte. ¿Y dices que las cosas nunca salen bien? Mira a tu alrededor. Es increíble que sigamos todos vivos, Ilora.

Me quedé callada, porque no sabía qué decir contra eso. Cassie tenía razón, a pesar de que habíamos sufrido mucho, seguíamos unidos y eso es lo que contaba al final del día.

—Tal vez sientes que las cosas no salen bien porque no estás acostumbrada a lo que es la vida aquí. No obstante, cuando has visto las cosas que yo he visto y perdido todo lo que yo he perdido, te das cuenta de que esto que tenemos ahora, esta familia que hemos formado es lo mejor que podrías tener y que, en efecto, nos ha ido muy bien —dijo ofreciéndome una sonrisa—. Ahora, sería bueno que retomáramos las intenciones de usar tu magia y tu don. No nos vendría mal conocer el futuro más seguido, ¿no crees? Lo que me extraña es que pareces tranquila estos días, ¿no ha habido visiones?

CDU 2 - El legado de Faedra [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora