Capítulo 5

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Cooper no se dio cuenta de lo que había hecho mal hasta que vio a Jace irse con los ojos llenos de lágrimas. Después de ese momento de arrebato por su parte, se quedó sentado en el suelo mirando los trozos de vidrios esparcido por todos lados. Sus ojos lagrimeaban un poco, detenidos en la foto de el junto a su padre aquella vez que fueron a pescar; su padre lo sostenía de los hombros y orgullosos sonrían a la cámara, el sostenía el enorme pez que habían pescado.

Sonrió con algo de melancolía antes de comenzar a recoger las piezas, saco la foto del portarretrato y la dejo en el escritorio. Limpio todo lo que pudo y mientras lo hacía recordaba el mal trato que había tenido con Jace, su mente no dejaba de repetirle el semblante lleno de terror en el rubio. No debió comportarse así, pero solía ser tan impulsivo que cuando vio la fotografía tirada en el suelo, exploto. Ese momento con su padre fue muy especial para él, ver el portarretrato destrozado, rompió su corazón.

Al terminar de limpiar y recoger todo, se quedó tirado en su cama, pensando en lo que había hecho. Por lo general no se sentía culpable cuando hacía o decía las cosas, disculparse no estaba en su diccionario, reconocer que estuvo mal menos. Pero por alguna extraña razón, sentía la necesidad de disculparse con Jace. Soltó un suspiro.

Paso las siguientes horas tirado en su cama, hasta que su madre lo llamo para la cena. A regañadientes se levantó y bajo a cenar. Sin embargo, no tenía mucha hambre, picoteaba la comida con el tenedor, sentado en la silla con desgano.

Ambos mantenían un silencio tranquilo, hasta que su madre decidió romperlo.

—Entonces... ¿me dirás que fue lo que paso entre tú y Jace? —pregunto de forma relajada, sin dejar de mover el tenedor y cuchillo.

Cooper dejo escapar un suspiro desanimado mientras jugaba con el tenedor, evitaba mirar a su madre, no quería enfrentarla. Esperaba que el silencio fuera toda la respuesta que necesitara para dejar el tema, pero su madre decidió seguir insistiendo.

—Se fue de aquí llorando, le pregunte que pasaba y no respondió —esta vez alzo la mirada hacia su hijo.

Cooper se sintió peor de lo que ya estaba al escuchar esas palabras y de nuevo la imagen de Jace atemorizado por su comportamiento lo carcomió. Soltó otro suspiro, esta vez decidiendo hablar.

—Rompió un portarretrato y me altere un poco —murmuro, sin parar de jugar con el tenedor y sin mirar a su madre.

Esta alzo una ceja, evito rodar los ojos porque ya conocía a su hijo y lo impulsivo que era.

—Estoy segura que fue un accidente. —comento tranquila antes de llevarse un poco de comida a la boca.

Cooper estaba de acuerdo en eso, sin embargo en ese momento no pudo evitar reaccionar con furia, más que todo por el hecho de que esa fotografía era importante para él.

—Fue el portarretrato con la última foto que me tome con papá —murmuro, tratando inútilmente de justificar su acción.

La castaña detuvo sus movimientos, dejando el tenedor lentamente sobre el plato. Miro a su hijo con algo de tristeza, este tema era difícil para él, para ambos.

—Y sé que no debí actuar de esa forma —siguió hablando —solo reaccione, le grite y le dije que se fuera.

—Supongo que no te has disculpado con él.

Cooper negó de forma lenta, sintiéndose avergonzado. No pudo evitar fruncir el ceño ante eso, él nunca se sentía de esa forma. Su madre dejo escapar un pequeño suspiro, movió su plato a un lado para concentrarse en su hijo. Lo agarro de la mano de forma suave, llamando su atención.

El tutor de mi corazón.Where stories live. Discover now