Capítulo 27

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Cooper corría sin parar por todo el pasto bien cortado y cuidado del campo de fútbol, estaban en la escuela un sábado por la mañana. No tenía entrenamiento, pero había aprovechado la ocasión para que finalmente su novio tuviera la oportunidad de ser su entrenador personal. Al principio pensó que sería divertido, ambos solos en este basto lugar, la pasarían bien, quizás coquetearían, se divertirían. Serían dos novios jugando uno con el otro. Estaba completamente equivocado.

Jace se había tomado muy en serio lo de ser entrenador; tan pronto como llegaron al lugar y comenzaron con el calentamiento, Jace entró en modo profesional, siendo el perfeccionista que era. Estaba vestido con ropa deportiva, con un silbato incluido colgando de su cuello. Cooper no podía negar lo atractivo que se veía, sin embargo, comenzaba a molestarle lo estricto que era su novio y lo siempre perfecto que quería ser en absolutamente todo.

Cooper escuchó el silbato una vez más mientras corría, ya estaba todo sudado, las gotas deagua salada caían por su frente, él respiraba entre cortadamente, casi ni podía hacerlo de forma regular, estaba seguro de que se desmayaría en cualquier momento. Se detuvo cuando Jace se apiadó de él y lo dejó descansar por unos minutos. Rápidamente, se tiró al suelo, suspirando cuando, después de varios minutos, pudo respirar. Se tomó su tiempo y luego se sentó, respiraba agitadamente, su boca jadeando, seca por falta de agua. Jace venía caminando hacia él, miraba su cronómetro y traía una botella de agua que Cooper esperaba que fuera para él.

—Para ser un jugador de fútbol, eres bastante lento corriendo —comentó el rubio sin dejar de mirar hacia el cronómetro que calculaba los minutos de ejercicio. Cooper resopló y bufo al mismo tiempo.

—Y tú, eres bastante estricto para ser tan lindo —dijo mientras tomaba la botella de agua que Jace le entregó, murmuró un gracias y bebió un gran sorbo de agua, casi acabando toda la botella. Al terminar de beber, miró a Jace y continuó hablando —eres incluso peor que mi entrenador.

Jace se rio en voz baja mientras caminaba hacia una bolsa llena de balones, la tomó y comenzó a sacarlos.

—Si quieres ser el mejor, debes entrenar el doble que los demás —le regaló una sonrisa a su novio en el proceso en que terminaba de sacar los balones, luego caminó hacia el castaño y estiró su mano —vamos, harás algunos estiramientos antes de empezar con el balón.

Cooper resopló de nuevo, por primera vez en su vida, molesto y cansado por entrenar. Pero no iba a discutir con Jace, él no estaba haciendo esto para fastidiarlo, solo, así es como él es. Cooper suspiró una vez más antes de tomar la mano de Jace y dejar que este lo ayudará a levantarse.

—Vamos, quiero verte hacer un par de sentadillas —Jace se sentó en uno de los asientos de debajo de las gradas, especialmente para los jugadores y luego dejó sonar su silbato. Cooper se estremeció ante el molesto ruido, sin embargo, se puso en posición y comenzó a hacer varias sentadillas frente a su novio. Jace solo lo miraba mientras comía un par de frituras.

—Eso no es justo, —expresó con fastidio el castaño — ¿no deberías estar entrenando conmigo?

—El entrenador no entrena —valga la redundancia. Jace se rio y se llevó a la boca un par de frituras. Cooper rodó los ojos, pero mantenía una sonrisa.

—Seguro que te gusta la vista que tienes —comentó de forma coqueta mientras hacía otra sentadilla.

—Ciertamente, me encanta —murmuró en voz baja, mordiendo su labio después. Cooper le guiño un ojo en cuanto vio a Jace sonrojarse.

Estuvo haciendo un par de sentadillas más hasta que Jace terminó de comerse la bolsa de frituras, luego se levantó y soplo el silbato, permitiéndole a Cooper descansar por unos minutos mientras él colocaba los conos naranjas en línea recta. Cooper ya estaba cansado, pero su novio no iba a detenerse con el entrenamiento por un largo rato. Por supuesto, Jace no estaba haciendo nada y por eso no estaba tan cansado.

El tutor de mi corazón.Where stories live. Discover now