El tutor de mi corazón.

Capítulo 2

A Jace le había costado levantarse de la cama esa fría mañana de sábado, pero a duras penas tuvo que hacerlo, no quería hacer enojar al castaño, quien se había asegurado de mandarle un mensaje, recordándole una vez más que debía estar en la escuela lo más pronto posible. Jace bufo en cuanto termino de leer el mensaje y a regañadientes se preparó para salir.

Iba muriéndose del frió mientras caminaba hacia la escuela, portaba un enorme abrigo junto con un gorro y guantes, pero ni así podía dejar de temblar. No entendía como podían ir a entrenar con este infernal frió y a tan temprana hora del día. Esto no es normal, pensó, a esta hora se está durmiendo.

Quejándose por estar congelándose, llego a la escuela; entro por la parte trasera hacia la cancha de fútbol donde el equipo ya se encontraba haciendo calentamientos. Jace se quedó parado en las gradas, mirando hacia el campo verde. Su mirada se concentró en el castaño, quien a los segundos se dio cuenta de su presencia y corrió hacia él. Jace se quedó quieto en su lugar, sin saber que hacer o a donde ir mientras veía a Cooper corriendo en su dirección.

—Hola —lo saludo el castaño un tanto agitado por la corrida.

—Mmm, ¿hola? —Jace contesto algo confundido, no pensó que Cooper fuera a recibirlo tan amablemente.

El castaño dejo escapar una sonrisa y llego sus manos hacia sus caderas.

—El entrenamiento está comenzando, espérame en las gradas.

Jace simplemente asintió, todavía confundido por la actitud del castaño. Cooper se despidió y volvió corriendo hacia el campo. Jace por su parte, camino hacia las gradas con las manos metidas en su abrigo, tratando de calentarse un poco. Al sentarse y mirar en dirección al campo de fútbol, saludo a Sean con una sonrisa, este le devolvió el saludo, agitando su mano.

El entrenamiento comenzó tiempo después, Jace lo miraba tranquilamente moviendo sus pies para alejar el frió, estaba prácticamente acurrucado en el asiento de las gradas, absorbiendo todo el calor posible. Dejo escapar un suspiro, el fútbol no era su deporte favorito y en cierta forma le aburría. Estaba a nada de quedarse dormido cuando un montón de chicas ruidosas llegaron a las gradas, sentándose a unos metros de él. Jace las vio de reojo y supo de quienes se trataba; Emily Parks y su séquito. Soltó un bufido y rodó los ojos, esas chicas eran insoportables en todo el sentido de la palabra, solían parlotear y hablar sobre quien era más rica que quien y sobre quien se había acostado con más hombres en el año. Jace las odiaba, en especial a la rubia teñida que gritaba con voz chillona el nombre del castaño, según ella para animarlo. Odiaba su personalidad plástica y superficial, sin contar el hecho de que es la novia de Cooper.

Se hundió más en su asiento, esperando que este sufrimiento acabara.

Dos horas y 15 minutos de descanso después, el entrenamiento finalmente había terminado. Sin embargo, Jace seguía esperando por el castaño, quien luego de irse a cambiar a los vestidores se quedó hablando muy melosamente con la rubia teñida, la cual no dudo en saltarle encima en cuanto el castaño salió de los vestuarios. Jace seguía sentado en el mismo lugar de hace dos horas, evitando a toda costa mirar a la parejita que para su tortura se habían plantado frente a él, besándose a mas no poder.

Jace dejó escapar un suspiro triste, desvió la mirada mientras jugaba con sus dedos de forma nerviosa. Te enamoraste del chico más heterosexual de todos Jace, ¿qué esperabas?. Su conciencia era mala con él y le recordaba ese hecho todo el tiempo, cada vez que se sentía triste porque sabía que sus sentimientos nunca serian correspondidos.

—¿Todo bien, nene?.

Jace giro su rostro hacia su lado derecho encontrándose con Sean cambiado de ropa y lo que parecía, recién bañado, este lo miraba preocupado, Jace le regalo una pequeña sonrisa y dijo: