Capítulo 33

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Jace despertó sintiendo un intenso dolor en su cabeza, aún mantenía los ojos cerrados, pero ya estaba lo suficientemente despierto para saber que estaba envuelto en cómodas sabanas y acurrucado en una almohada. Sin embargo, el dolor incesante de su cabeza no lo dejaba disfrutar de la calidez que era el colchón bajo su cuerpo. Intentó moverse un poco para cambiar de posición, pero el simple movimiento hizo que su cuerpo doliera. Se quejó un poco, sentía como si un auto lo hubiera pisado. Solo pudo girar su cabeza y entre abrir sus ojos, así pudo ver que alguien estaba a su lado, sentado frente a él. Parpadeó un poco para tener una mejor vista, pronto descubrió que la persona frente a él era su novio.

—Cooper... —soltó en voz baja, se movió un poco, ocultándose más bajo las sabanas. El castaño le sonrió levemente y con cuidado colocó una mano en su desordenado cabello.

—Hola bello durmiente.

Jace se quejó ante el apodo, pero no lo expresó con palabras, en cambio, volvió a cerrar los ojos, estaba muy cansado como para mantenerlos abiertos.

—¿Dónde estamos? —preguntó, una parte de su cara estaba enterrada en la almohada, eso le hizo recordar que no sabía cómo había llegado a esa almohada, ni mucho menos de quien era esa almohada.

—Estamos en mi casa, cariño —Cooper respondió en voz baja, muy despacio para no perturbarlo. Seguía con su mano en sus dorados cabellos, acariciándolos muy suavemente.

—¿Cómo llegamos aquí?

Cooper soltó una pequeña risa, no estaba sorprendido de que Jace hiciera estas preguntas, sabía que su novio no iba a recordar mucho de la noche.

—Pues en mi auto, conduje hasta aquí —expresó con obviedad, pero sin dejar de ser tierno con su novio.

Jace hizo un par de expresiones, al mismo tiempo que dejaba escapar leves quejas, expresando su incomodidad.

—No recuerdo nada de eso —hizo el intento de levantar su cabeza, pero el dolor solo se incrementaba más ante cualquier movimiento.

—Tranquilo, los recuerdos vendrá una vez que te sientas mejor.

—Solo recuerdo estar bailando contigo y después nada más... ¿Qué pasó? —miró a su novio, haciendo todo lo que pudo para mantenerse despierto mientras le respondía.

—Bueno, comenzaste a sentirte mareado y luego vomitaste bastante en el baño de Johannes.

Jace hizo una mueca ante eso, se llevó una mano a su rostro, pasándola por toda su cara en un intento de eliminar la vergüenza que sentía al imaginarse vomitando.

—Me siento mal por eso, debo disculparme con Johannes.

Cooper chasqueó la lengua, haciendo un gesto con su mano como si le dijera que no le diera importancia al asunto.

—Créeme, Johannes se ha encontrado con cosas peores en su baño —agregó después.

Jace hizo una expresión de disgusto y casi siente que vomitaría de nuevo. Se ocultó de nuevo bajo las sabanas, queriendo quedarse ahí por el resto del día. Eso le hizo preguntarse por la hora, ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba durmiendo. Ver a su novio bastante despierto, solo le dio un indicio de que quizás llevaba mucho tiempo durmiendo. Pero honestamente ese era el menor de sus preocupaciones, su dolor de cabeza era lo único en lo que podía pensar.

—Me duele la cabeza —murmuró, dejando escapar un puchero.

—Bienvenido al mundo de la resaca, amor —comentó el castaño entre risas antes de acercarse y dejar un beso en su frente, al alejarse vio el ceño fruncido de su novio dirigido exclusivamente hacia él. Le sonrió y luego se alejó un poco para tomar algo de la mesa de noche —ten, te traje una pastilla para el dolor.

El tutor de mi corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora