Capítulo 42

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Una vez que Kelly logró hacer que alguien cuidara de Jason, ella y Jace se fueron a la comisaría. Jace iba mirando por la ventana del auto, preocupado y ansioso, ni siquiera se había cambiado de ropa, se puso su chaqueta de invierno y en pijama llegó a la comisaría. Estaba nervioso cuando piso el lugar, mirando a todos lados con temor. Quería ver a Cooper, pero él no estaba cerca, el oficial le dijo que estaba en las celdas, eso lo hizo tragar saliva. También se inquietó pensando que su padre se encontraba en el lugar, pero una vez que el oficial le aseguró que su padre no se encontraba en el lugar, se tranquilizó lo suficiente como para sentarse y contarle al oficial todo lo que había sucedido con su padre en el centro comercial, fue más difícil de lo que pensó, pues teniendo a su madre al lado fue complicado comunicarse, no quería molestarla. Pero cuando ella tomó su mano y abrazó sus hombros, Jace supo que ambos estarían bien.

—¿Puedo ir con Cooper ahora? —preguntó, tratando de mantener la calma, pero en el fondo, estaba ansioso por verlo, quería saber si estaba bien, como se sentía, como estaba. Cuando el oficial le permitió verlo, Jace dejó escapar un suspiro de alivio, se levantó de la incómoda silla y siguió al oficial.

Sus pasos eran lentos, casi torpes y nerviosos, el pasillo por donde caminaba estaba desolado, el silencio era, irónicamente, ensordecedor. Llegó a la celda en donde estaba Cooper y lo encontró acostado en los duros asientos de metal, tenía los ojos cerrados, sin embargo, se despertó de golpe cuando escuchó la reja siendo abierta, Cooper se sentó y sus ojos miraron con sorpresa al ver a Jace frente a él. Cooper tragó saliva y se levantó, pero no dio ni un paso, su mirada estaba concentrada en Jace, no sabía lo que pensaba y tenía miedo de saberlo.

—Jace, yo...

—No digas nada.

Cooper asintió levemente y volvió a tragar saliva de forma nerviosa, Jace no expresaba nada en su mirada y él no sabía si estaba enojado, preocupado, decepcionado o triste. En este momento, Jace era un misterio para él.

—Estas de suerte, joven Barnes, ya puede irse.

Cooper miró con extrañeza hacia el oficial, su ceño estaba tan fruncido debido a la confusión que sentía.

—¿Qué? ¿Cómo...?

—Mi madre pagó tu fianza.

De nuevo sus miradas se encontraron, Cooper vio un poco de preocupación en los ojos de Jace, pero al mismo tiempo vio algo de remordimiento.

—Mi abuelo no estará contento con eso.

—Pues ese es su problema.

No hablaron más después de eso, los siguientes segundos se mantuvieron en silencio, Cooper fue sacado de la celda, siendo apartado una vez más de Jace, le entregaron sus pertenencias y luego le dijeron que podía irse. De forma tímida caminó hacia donde estaba Kelly y Jace, la madre del rubio estaba firmando unos papeles, probablemente de su fianza. Miró a Jace, pero el rubio no lo hacía, se mantenía recto y mirando a cualquier lugar menos hacia donde él estaba, Cooper lo entendía, entendía si estaba molesto con él.

Kelly notó su presencia y le regaló una sonrisa cálida, entregó los papeles y luego se acercó a él, Jace la seguía detrás, manteniendo la distancia.

—Oye, ¿cómo estás? Bienvenido al club de los arrestos —bromeó la rubia tratando de calmar la tormenta que ambos jóvenes tenían en sus hombros. Cooper la miró y no entendió a que se refería, sin embargo, sonrió.

—Estoy bien, gracias por pagar la fianza, no tenías que hacerlo. Mi abuelo no quería esto.

—No te preocupes por él, yo me encargó de eso. Ahora vámonos, ha sido una noche larga, es momento de descansar.

El tutor de mi corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora