37

2.8K 280 89
                                    

Respiración. 

Eso es lo único audible dentro del vehículo de Miss Venable, cada 5 minuto miraba la pantalla de mi móvil esperando algún mensaje que me saque del aburrimiento, pero sabia que eso no sucedería pues... 

No tenia ni una linea de señal. 

30 minutos en este medio de transporte, con las ventanas cerradas, el aire acondicionada que en vez de tirar su respectivo aire frio, se cambio a la estación de invierno y dios santo, deseaba de todo corazón que Venable encienda la maldita radio. Era un hecho que llegaría tarde a la cita con Nick, de todas formas prefiero llegar y dormir. 

Cansada de este velorio, estire mi brazo y encendí el estéreo. Camila Cabello. Eso sonaba. 

— ¡Oh no! —Dijo y la mire de inmediato

— Oh no, ¿Qué?

— No tengo gasolina

— ¿Cómo es posible que no tengas gasolina? —Pregunte y notamos como lentamente el auto nos fue abandonando.

— No lo se lo cargue esta mañana, antes de venir. —Abrió la puerta y me baje junto con ella, abrió el capo del motor y todo parecía estar en orden. —Prende la linterna y agáchate.

Cumplí con su mandado y por debajo note como el tanque de gasolina tenia una gran abertura, las ultimas gotas cayeron y me levante para darle la noticia más triste toda mi vida.

— Esta roto el taque.

— ¡Maldición! —Intento buscar señal desde su móvil

— Eso es porque manejas como un animal y seguro le dimos a alguna piedra. —Me miro con cara de cállate y solo blanquee los ojos.

No era posible que no anduviese ni un solo vehículo por aquí, se supone que es fin de semana cuando la carretera esta mas repleta de autos, entonces mi cabeza comenzó a pensar que así comienzan todas las películas de terror, una carretera, el auto se rompe y luego aparece un asesino serial que las secuestra, las tortura y al final solo una se escapa, pero sin una pierna.

Y ya sabemos quien de las dos corre mejor. 

Venable comenzó a elevar su nivel de enojo, aquella vena decorativa de su frente se inflamo y comenzó a maldecir. 

Al aire, a la señal ausente, el vehículo, a Víctor y en un susurro oí que me insulto. 

—¡Cálmate! —le grite un tanto molesta, mi teléfono no daba si quiera un cuarto de linea y necesitaba comunicarme con alguien. Pero por un mal chiste del destino, la batería si tenia una linea, la del uno por ciento. 

Era una broma de muy mal gusto, a puesto que en el cielo dios se me esta riendo y moviendo sus hijos para que cosas más horrible nos pasen. Wilhemina entro al vehículo, a los minuto decidí seguirle el paso. 

— ¿Qué haremos? —Pregunte recostándome en el asiento

— Esperar a que pase algún auto

— Bueno, mientras eso sucede yo me voy a dormir un poco

— ¡No! No me dejes sola

— Estoy aquí. —conteste riendo

— No me refiero a eso, por favor aguántate el sueño y no te duermas.

Asentí, pero estaba tan cansada que debes en cuando se me cerraban los ojos, pero Wilhemina se encargaba de que los abriera al momento con algunos de sus golpes de brutalidad. No se cuanto tiempo es que pasaremos aquí, maldita sea tendría que haberme ido con David, esos idiotas me las pagaran muy caro a esta.

Más Allá De NosotrasWhere stories live. Discover now